Estados Unidos decidió en septiembre de 2017 retirar a más de la mitad de los funcionarios de su embajada en Cuba, luego que varios de ellos presentaran problemas de salud, los que fueron achacados a un supuesto ataque sónico contra los norteamericanos, algo que el gobierno de La Habana negó tajantemente.

Por este incidente fueron retirados más de 20 funcionarios estadounidenses de la isla, quedando sólo el personal indispensable, debido a los riesgos a los que estaban expuestos, pero estudios científicos han señalado que no se trató de un ataque.

Un análisis realizado en Estados Unidos y Reino Unido a las grabaciones realizadas por funcionarios de la embajada norteamericana a los supuestos “ataque sónicos”, arrojaron que se trataría en realidad de ruidos realizados por grillos, consigna el New York Times, citando a la Associated Press.

De acuerdo a una investigación conjunta de la Universidad de Berkeley en California y la de Lincoln en Inglaterra, el sonido que afectó a los funcionarios de las embajadas de Estados Unidos y Canadá correspondía al canto de grillos antillanos (anurogryllus celerinictus).

“El canto del grillo de cola corta de las indias (anurogryllus celerinictus) concuerda, en matizado detalle, con la grabación de AP, en duración, ritmo de repetición de la vibración, espectro de intensidad, estabilidad del ritmo y oscilaciones por latido”, explican los profesores Alexander Stubbs y Fernando Montealegre-Zapata.

Los científicos explican que las grabaciones estudiadas “proporcionan fuertes pruebas de que el eco de un canto de grillo, más que un ataque sónico u otro artilugio tecnológico, es el responsable del sonido de la grabación difundida”.

Montealegre-Zapata también indica que el ruido era hecho por grillos machos en época de apareamiento para atraer hembras y que pueden causar reacciones negativas en personas que no están acostumbradas a este sonido.

Los afectados por este caso sufrieron síntomas que iban desde fuertes dolores de cabeza a edemas cerebrales.

La embajada de Estados Unidos en La Habana reabrió sus puertas en 2015 bajo la administración del presidente demócrata Barack Obama, tras medio siglo de ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.