El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó este viernes opinar sobre la amenaza del mandatario estadounidense, Donald Trump, de cerrar la frontera común al asegurar que no quiere “ser imprudente”.

“Nosotros hemos actuado con prudencia, de manera precavida, no hemos opinado sobre este tema porque se trata de un asunto interno de Estados Unidos”, dijo el mandatario en su habitual conferencia de prensa matutina.

“No queremos ser imprudentes, no consideramos que debamos participar en este asunto”, agregó, tras ser consultado sobre la amenaza del mandatario estadounidense.

Más temprano, Trump amagó en Twitter con cerrar la frontera con México a menos de que el Congreso apruebe fondos para financiar un muro fronterizo, en medio de una discusión que ha provocado el paro parcial del gobierno estadounidense.

“Nos veremos forzados a cerrar la frontera sur completamente si los demócratas obstruccionistas no nos dan el dinero para terminar el muro y cambian también las ridículas leyes migratorias”, escribió Trump en su cuenta de la red Twitter.

Trump dijo además que el cierre fronterizo sería “una operación rentable” al asegurar que su país pierde dinero en comercio con México bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que fue recientemente renegociado.

La advertencia llega en momentos en que se espera que el cierre parcial de la administración federal estadounidense se mantenga hasta la próxima semana,
pues los legisladores han fracasado en alcanzar algún tipo de acuerdo en torno al insistente reclamo de Trump de incluir en el presupuesto 5.000 millones de dólares para financiar el muro fronterizo, un pilar de la plataforma electoral que llevó al republicano al poder.

López Obrador, quien asumió el poder el pasado 1 de diciembre, agregó que así como cuida la relación con el gobierno estadounidense, va a cuidar la soberanía y los derechos de los migrantes.

La relación entre México y Estados Unidos se ha tensado desde que Trump llegó al poder y amenazó con construir un muro en la frontera pagado por los mexicanos.

El gobierno entrante de López Obrador ha buscado evitar confrontaciones, aunque ha tenido diferencias en el tema migratorio con Estados Unidos, al rechazar convertirse en un “Tercer Estado Seguro”, un concepto diplomático que refiere a que un solicitante de asilo realiza el trámite desde un país que no es al que está destinado el pedido.