La trágica muerte de una niña de 13 años ha conmocionado a Argentina, luego que la menor falleciera este miércoles en un hospital de la provincia de Chaco (frontera con Paraguay), a un día de haber sido sometida a una cesárea y en la que también falleció el bebé.

La niña de 13 años era de la comunidad indígena wichí y presentaba graves signos de desnutrición crónica, un embarazo de 28 semanas, anemia y neumonía, que derivaron en una falla multiorgánica y su posterior deceso.

El diario La Nación de Argentina, publicó una reconstrucción sobre los últimos días de vida de la niña, los cuales revelan el grave estado de vulneración y abandono en el que vivía.

La menor vivía en la localidad de El Sauzal, un poblado de unas 700 personas que es visitado por un médico cada 15 días. Había quedado huérfana hace algunos años después de la muerte de su madre por una infección respiratoria, no iba al colegio y desde hace dos años vivía con un joven de 19 años, identificado como su “pareja” por medios de comunicación.

Las autoridades no tenían registro de su situación social y sólo se enteraron de su embarazo hace algunos días, luego que la niña acudiera junto a una tía a un servicio de salud, tras presentar tos y catarro.

“Se debe trabajar más fuerte en esa zona. El sistema tiene falencias, y no había detectado el caso de esta niña”, agregó Julieta Tayara, subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, a diario Clarín de Argentina.

“Denunciamos el abuso sexual de la niña. En la investigación se verá quién es el victimario, pero es abuso por la edad de la nena”, agregó Tayara.

Esa fue la primera vez que las autoridades conocieron su caso, interpusieron una denuncia por abuso sexual (cuando ya llevaba dos años conviviendo con un joven). Luego fue trasladada a tres hospitales diferentes, recorriendo más de 600 kilómetros en sólo 8 horas.

Recién el sábado empezó un tratamiento de salud, pese a su grave estado de salud, necesitando respiración artificial y presentando una falla multiorgánica. Incluso los médicos pensaban que la niña sufría de tuberculosis, pero los resultados de los exámenes estarán en una semana.

Todo esto llevó a que el martes se decidiera interrumpir el embarazo debido al riesgo de vida del feto y la salud de la niña. El bebé nació pesando 1300 gramos, con una infección connatal grave, por lo que murió a las pocas horas.

“Todavía no llegamos a todos lados. No alcanza con lo que hacemos. Y en el caso de esta niña se ve claramente, todos sus derechos han sido vulnerados”, dijo la coordinadora del Programa Provincial de Salud Integral en la Adolescencia, Liliana Ensina, a diario Clarín de Argentina.

La legislación en Argentina permite el aborto para casos de violación, pero la situación de abandono de la niña impidió que se pudiera desarrollar el protocolo para este tipo de hechos y decidieron someterla a una cesárea por razones de salud.

“Queremos que se hable del abuso sexual y del derecho al acceso a la Interrupción Legal del Embarazo. La idea es trabajar desde las costumbres y las creencias, pero intentando que se pueda pensar desde otro lugar, no queremos imponer pero tenemos que garantizar derechos”,indicó a Clarín Silvia Oizerovich, coordinadora del Programa de Salud Sexual y Reproductiva.

El sitio especializado Cosecha Roja consigna que sólo en lo que va de 2018, 15 menores de edad han fallecido en la provincia de Chaco tras presentar un grave cuadro de desnutrición durante su embarazo, un dato que refleja la situación de una de las zonas más pobres de Argentina y el abandono de muchos de sus habitantes.