La anunciada visita del mandatario venezolano Nicolás Maduro a México para la investidura del izquierdista, Andrés Manuel López Obrador como presidente, ha desatado duras críticas que este martes, tuvieron como punto culminante un intercambio de gritos y acusaciones en la Cámara de Diputados mexicana.

Días atrás, el equipo de López Obrador confirmó que Maduro asistirá el 1 de diciembre a la ceremonia de investidura, en lo que será la primera visita del venezolano a México como presidente.

Con gritos como “¡Viva Venezuela, fuera Maduro!”, los diputados del conservador Partido Acción Nacional (PAN) intentaron presentar y debatir un punto de acuerdo en el que pedían que el presidente electo de México retirara la invitación a Maduro.

Pero desde Morena, el partido de López Obrador, que goza de la mayoría absoluta, rechazaron la propuesta en votación simple a mano alzada y entre gritos de “¡Fuera, fuera!” dirigidos a la bancada del PAN, segunda fuerza en el Legislativo de México.

El escándalo llegó a tal punto, que la diputada Dulce María Sauri, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y presidenta de la mesa directiva de la cámara, tuvo que suspender la sesión.

Respecto a lo mismo, una gran cantidad de criticas se desató en redes sociales y entre algunos analistas, luego de que se confirmara la visita de Maduro a México.

En respuesta, el equipo de López Obrador ha señalado que en su gobierno buscarán tejer lazos de amistad con todas las naciones.

Durante los dos gobiernos del PAN, de 2000 a 2012, México tuvo profundas diferencias con Venezuela y su entonces presidente Hugo Chávez, que llevaron incluso al retiro de embajadores.

Las tensiones bajaron de nivel luego con el presidente Enrique Peña Nieto, aunque México es uno de los países más activos del denominado Grupo de Lima, integrado por 14 naciones del continente americano que buscan contribuir a resolver la profunda crisis política y económica que golpea a Venezuela.

Algunos críticos de López Obrador han advertido que bajo su presidencia México podría seguir el rumbo de Venezuela y han comparado su estilo con el del fallecido Chávez.

El izquierdista mexicano, de 64 años, ha rechazado tener semejanzas con Chávez y ha asegurado que ni siquiera lo conoció personalmente ni jamás habló con él.