En serios problemas se encuentra un joven boliviano de 19 años, quien fingió haber sido secuestrado para intentar obtener fotografías sexuales de una compañera de colegio.

Los hechos ocurrieron en La Paz. Según detalla la emisora Bolivisión, el estudiante ya había solicitado previamente a su amiga fotografías de ella desnuda. Dado que la joven no accedió, urdió un astuto plan para extorsionarla.

El hombre, cuyo nombre no fue dado a conocer, se encerró en el baño de su casa y usando la función de temporizador de su teléfono, se fotografió amordazado sobre una silla. Luego se comunicó a través de WhatsApp con la estudiante pretendiendo ser otra persona, para asegurar que había secuestrado a su compañero, y que lo mataría a él y a sus padres además de otros familiares si no accedía a enviarle imágenes pornográficas.

Debido a lo sospechoso de la situación, la joven denunció el hecho a la policía, cuya FELCC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) no tardó en detener al avezado estudiante, bajo cargos de amenaza grave.

Ahora el caso está siendo periciado por la unidad contra el tráfico y la trata de personas.

También fingió su secuestro… por miedo a su esposa

El Deber
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Pero este no es el único caso reciente de falso secuestro en Bolivia. Recién a fines del mes pasado, un hombre fue detenido tras fingir su propio rapto debido a que no quería confesar a su esposa que había tenido una noche juerga.

La situación tuvo lugar el miércoles 26 de septiembre, cuando Cirilo P., quien trabaja como fotógrafo de eventos sociales, comunicó a su mujer que entraría a trabajar a una reunión en un hotel de la ciudad de El Alto.

Sin embargo su esposa, no volvió a saber de él desde las 19 horas de ese día. Intentó llamarlo a su teléfono móvil en varias ocasiones sin éxito, hasta que recibió de regreso una serie de mensajes donde alguien aseguraba que su pareja había sido secuestrada, y que lo dejarían “jodido” si no colaboraba.

Ante esto, Yolanda T. acudió el jueves a las 11 de la mañana a una unidad policial. “Llegó fuera de sí, descontrolada, preocupada y enardecida”, indicó el coronel Freddy Medinaceli, subdirector de la FELCC al diario boliviano El Deber.

Cuando el hombre apareció esa tarde, aseguró tanto a su esposa como a la policía que había sido secuestrado, sin embargo sus titubeos e inconsistencias en su relato levantaron sospechas, que finalmente llevaron a su confesión.

Lejos de ser abducido, Cirilo P. se había quedado compartiendo y bebiendo en la fiesta junto a dos mujeres. Dado era la 1 de la mañana y no quería irse, entregó el celular a sus acompañantes, sin quedar claro si fue él o ellas quienes urdieron el pretexto del secuestro.

“Este sujeto por miedo a su esposa ha activado todo el mecanismo policial, ha alertado las autoridades con el fin de eludir la responsabilidad que conlleva tener una esposa y una familia”, reprochó el coronel Medinaceli.

“Por miedo a mi esposa le mentí”, fue la única declaración del fotógrafo, agregando que cuando intenta transar estas situaciones con su mujer, esta “lo toma a mal y me riñe”.

Ahora -además de a su esposa- deberá entregar explicaciones a la policía.