Las elecciones en Brasil se iniciaron en un clima de tranquilidad que contrastó con la agresiva campaña que polarizó al país y dejó al ultraderechista Jair Bolsonaro como favorito para la primera vuelta.

Tras votar por la mañana en la zona oeste de Rio de Janeiro, Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), reiteró su expectativa de liquidar el pleito sin necesidad de una segunda vuelta, prevista el 28 de octubre si ningún candidato obtiene más de la mitad de los votos válidos.

“El 28 vamos a la playa”, declaró el excapitán del Ejército, de 63 años, que el 6 de septiembre fue apuñalado durante un mitin de campaña.

Pese a su fuerte crecimiento desde el atentado, los últimos sondeos le atribuyen un 40% de intenciones de votos, aún lejos de ese objetivo.