Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará el próximo lunes a Argentina, para evaluar el cumplimiento del plan de ayuda por 50.000 millones de dólares acordado con el presidente Mauricio Macri, informó este jueves un vocero del organismo multilateral.

“La misión del FMI que conducirá la primera revisión del programa de Argentina en el marco del Acuerdo Stand-By tendrá lugar del 13 al 22 de agosto”, señaló.

El equipo técnico, encabezado por Roberto Cardarelli, jefe de la misión del FMI para Argentina, tiene previstas reuniones con funcionarios del gobierno y el Banco Central, así como representantes del mundo académico y del sector privado.

“Esta revisión prevista en el acuerdo permite evaluar el desempeño del programa y que éste se adapte a los acontecimientos económicos”, precisó el portavoz.

El Directorio Ejecutivo del FMI analizará el avance del Acuerdo Stand-By en septiembre, tras recibir el informe de Cardarelli.

El FMI aprobó formalmente el 20 de junio un paquete de 50.000 millones de dólares destinado a ayudar a Argentina a enfrentar la inflación, los déficits presupuestarios y el debilitamiento de su moneda.

Argentina tuvo que recurrir al FMI a inicios de mayo para enfrentar una aguda crisis cambiaria, que depreció al peso en casi 35% con relación al dólar este año, y una fuerte caída de las reservas internacionales.

Según lo acordado entre el FMI y el gobierno argentino, la mitad de esa liberación inicial de 15.000 millones será destinada al “respaldo presupuestario”, y el resto debe ser reservado a operaciones a cargo del Banco Central para estabilizar el mercado cambiario.

Los 35.000 millones de dólares restantes serán liberados por el Fondo en los próximos tres años, aunque ello estará “supeditado a exámenes trimestrales a cargo del Directorio Ejecutivo”, según el FMI.

A cambio, Argentina se comprometió a ajustar las cuentas del Estado y bajó su meta de déficit fiscal a 2,7% en 2018 y a 1,3% en 2019, en medio de una inflación proyectada de 27% para este año.

El acuerdo fue rechazado por legisladores opositores, dirigentes de movimientos sociales, sindicalistas, artistas e intelectuales, que lo calificaron de “odioso o execrable” en una carta divulgada a mediados de julio.

A fines de junio, una huelga en contra del ajuste y del FMI paralizó Argentina.