Varios empresarios, entre ellos un primo del presidente Mauricio Macri, comenzaron a colaborar con la justicia argentina en el escándalo de sobornos durante los gobiernos de los Kirchner (2003-2015), al solicitar acogerse a la figura de “arrepentido” que les permitirá quedar en libertad.

Ángelo Calcaterra, primo del presidente, se presentó voluntariamente ante la justicia y en calidad de arrepentido declaró haber ordenado el pago de sobornos, según fuentes judiciales.

La última acción judicial fue arrestar a Héctor Zabaleta, exdirectivo de la multinacional ítalo-argentina Techint, acusado de pagar comisiones ilegales.

Techint, con sede en Milan y Buenos Aires, es un poderoso grupo con eje en la siderurgia.

El juez de la causa, Claudio Bonadio, ha realizado ya otros 16 arrestos y 20 imputaciones de delitos. La ex presidenta y actual senadora Cristina Fernández fue convocada a declarar el 13 de agosto.

La investigación surgió a partir de la información sobre supuestos cobros de sobornos registrada en ocho cuadernos por el chófer de un exfuncionario del Ministerio de Planificación que tuvo a su cargo la gestión de obra pública en los tres gobiernos kirchneristas (2003-2015).

El juez Bonadio ordenó más de veinte allanamientos el miércoles pasado en los que terminaron arrestados ocho empresarios y ocho exfuncionarios.

También pidió una autorización al Senado para allanar el domicilio de Cristina Fernández. Los parlamentarios debatirán esa solicitud el martes.

Los registros del chófer sobre presuntos sobornos corresponden a un período de diez años, entre 2005 y 2015.

Arrepentidos

Calcaterra se presentó voluntariamente y declaró como arrepentido. Ante el juez admitió el pago de sobornos cuando era dueño de la constructora IECSA por lo que quedó imputado en la causa pero con exención de prisión.

IECSA había sido fundada por su tío Franco Macri, padre del presidente, y creció como beneficiaria de grandes obras públicas. En 2007 Franco Macri la transfirió a su sobrino Calcaterra.

“Lo que está pasando representa un cambio enorme en la Argentina, empresarios cercanos al presidente se presentan en la justicia, no hay impunidad para nadie”, destacó la diputada oficialista Elisa Carrió en un mensaje en Twitter.

Macri, aunque no se refirió al caso directamente, aseguró que en materia de transparencia y combate a la corrupción “los resultados están a la vista”, en un discurso este lunes.

En la lista de los “arrepentidos” también figura el exejecutivo de IECSA Javier Sánchez Caballero, arrestado el miércoles pasado y que este lunes obtuvo la excarcelación tras ser declarado “imputado colaborador” de la justicia.

El viernes se entregó Juan Carlos de Goycochea, exresponsable en Argentina del grupo constructor y energético español Isolux Corsan, y también pidió ingresar al programa de “imputado-colaborador” para lo cual debe portar datos significativos a la investigación.

Goycochea declaró haber recibido de exfuncionarios “aprietes (presiones) para aportar a las campañas electorales” del kircherismo,
según fuentes judiciales.

Lo mismo declaró Calcaterra que precisó que en su caso los “aportes” fueron para las campañas electorales kirchneristas de 2013 (parlamentarias) y de 2015 para las presidenciales que resultaron ganadas por Macri.

Cuatro de los empresarios arrestados, todos de grandes firmas, fueron llamados a declarar este lunes.

Si piden al juez ser considerados como arrepentidos y el magistrado lo acepta, éste puede ordenar su liberación esta misma semana.

Cuadernos

El chófer y autor de las anotaciones, Oscar Centeno, un militar retirado, fue liberado el viernes tras declarar como arrepentido y entrar en el sistema de protección de la justicia.

Según la fiscalía, los supuestos sobornos eran pagados por los empresarios en un aceitado sistema de recaudación que implicaba el traslado de bolsos con dinero hacia la Casa Rosada, la residencia presidencial de Olivos en las afueras de Buenos Aires o el domicilio privado de los Kirchner.

Los sobornos eran recibidos en las cocheras de algunas empresas y en algunos casos de mano de los propios ejecutivos, según las anotaciones de Centeno, que identifica a los implicados con nombre y apellido.

Centeno admitió ante la justicia ser el autor de los cuadernos de los que solo hay copias, ya que dijo haber quemado los originales tiempo atrás.

Las copias le fueron entregadas por un expolicía amigo de Centeno a periodistas del diario La Nación, quienes las aportaron a la justicia en abril pasado.