La jefa del Fondo Monetario Internacional FMI), Christine Lagarde, llegó a Buenos Aires para encontrarse este viernes con el presidente Mauricio Macri y su ministro de Economía, 24 horas antes de la cumbre de ministros de Finanzas del G20.

Es la primera visita de la directora general del FMI desde que el organismo le otorgó a Argentina un préstamo de 50.000 millones de dólares, de los cuales ya desembolsó 15.000 millones.

En medio de una corrida cambiaria que se desató en abril e hizo perder 35% de su valor al peso, Macri acudió al Fondo en busca de asistencia financiera y se comprometió a un drástico ajuste fiscal para reducir el déficit a 1,3% en 2019.

La agenda de Lagarde prevé un encuentro con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, responsable de implementar el acuerdo, previo a compartir ambos una cena ofrecida por Macri en la residencia presidencial de Olivos, en la periferia norte de Buenos Aires, a la que también están invitados el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el titular del Banco Central, Luis Caputo.

Antes del encuentro, Macri recibió el respaldo del ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, quien consideró que “ha sido apropiado acudir al FMI en una etapa temprana, con el fin de abordar oportunamente los desafíos económicos”.

“Celebro el compromiso del gobierno de afrontar los desequilibrios macroeconómicos y apoyar el crecimiento sostenible en el contexto de un ambicioso programa respaldado por el FMI”
, declaró Scholz en una entrevista al diario El Cronista.

Lagarde llega acompañada por David Lipton, primer subdirector del Fondo; Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental, y Roberto Caldarelli, jefe de la misión para Argentina.

Pero el acuerdo con el Fondo que obliga al país a un fuerte ajuste fiscal y reducción de gastos es rechazado por movimientos sociales y sindicatos, que este viernes convocaron una marcha al Banco Central.

También se expresó en contra parte de la oposición política que advirtió en una carta dirigida a Lagarde que “el programa económico impuesto producirá una catástrofe social”, mientras el gobierno negocia con las provincias el reparto del ajuste, a un año y medio de las próximas presidenciales, en las que Macri podría aspirar a la reelección.

El jueves, la Confederación General del Trabajo (CGT) advirtió en conferencia de prensa que el acuerdo con el organismo “abrirá un conflicto infinito”.

“Este ajuste es inviable en un país que ya está paralizado”, dijo Juan Carlos Schmid, uno de los líderes.

En un mensaje a Lagarde, advirtió que “si viene a buscar el consenso social que pidió, tiene que saber que no va a contar con el aval de esta CGT”.