Las disputas entre Estados Unidos y Rusia no cesan, más allá de la evidente simpatía entre Donald Trump y Vladimir Putin, porque mientras ambos se reunían en Finlandia, en Washington una joven rusa era detenida tras ser acusada de ejercer como una espía del Kremlin.

La detención de Maria Butina el pasado domingo atrajo la atención de los medios estadounidenses, mientras los líderes políticos de Estados Unidos criticaban con dureza la actitud de Trump ante Putin, especialmente el hecho de que negara la injerencia rusa en las elecciones de 2016.

Butina (29 años) llegó a Washington en 2015 con una visa de estudiante, bajo el argumento de que estudiaría un posgrado en la capital estadounidense, pero según las autoridades su verdadera intención era infiltrarse en el sistema político a través de uno de los grupos de lobby más poderosos de Estados Unidos: la Asociación del Rifle (NRA, según sus siglas en inglés).

La idea era que Butina por medio de la NRA tuviera acceso a las principales autoridades estadounidenses, aunque no se ha reportado que tuviese gran éxito en se plan, al menos tuvo un breve encuentro con Trump en 2015 en un mitin del en ese entonces candidato presidencial.

De acuerdo a los documentos presentados por la fiscalía estadounidense, la joven pelirroja vivía junto a una persona -identificada en el escrito como Persona 1- a quien contactó desde Rusia en 2013 y que tenía un cargo de nivel en la NRA y le habría ayudado a ascender al interior de la organización.

Pese a vivir con él, la joven mostraba un rechazo hacia Persona 1 en documentos obtenidos por el FBI, pero que lo veía como un elemento necesario para cumplir son su objetivo.

La Fiscalía retrata a Butina como una persona capaz de realizar grandes esfuerzos con tal de lograr lo encomendado por el Kremlin, incluso la supuesta agente habría ofrecido sexo para escalar posiciones al interior de la NRA y de organizaciones de ultraderecha.

“En al menos una ocasión, Butina ofreció sexo a un individuo, que no era la Persona 1, a cambio de una posición dentro de un grupo de presión”, consigna el documento citado por el diario El País de España.

Originaria de Siberia, Butina publica frecuentemente fotos en las redes sociales en que aparece manipulando armas para denunciar la estricta regulación de acceso a las armas de fuego en su país.

Pero las autoridades estadounidenses se concentraron en los múltiples contactos que mantuvo a partir de 2015 con el poderoso lobby local de armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), una entidad estrechamente ligada al Partido Republicano.

En las redes sociales, Butina también publicaba fotos acompañada de importantes dirigentes republicanos, incluyendo al expresidente de la NRA, David Keene, y el excandidato presidencial y gobernador de Wisconsin, Scott Walker.

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Profundidad y sofisticación

En esas fotos, Butina también aparece muy seguidamente acompañada por un funcionario ruso que según la prensa estadounidense es Alexandre Torshin.

Se trata de un alto funcionario del Banco Central ruso, objeto de sanciones estadounidenses. De acuerdo con la prensa, es un hombre próximo del presidente Putin, que en Estados Unidos es miembro permanente del NRA.

Los documentos de la denuncia afirman que Butina poseía un pase VIP para eventos del NRA.

Aunque ya actuaba en Estados Unidos desde 2013, Butina ingresó a Estados Unidos en 2016 con una visa de estudiante para seguir un curso en la American University (UA), en Washington, y desde su llegada fue puesta bajo vigilancia por el FBI.

Según la denuncia, Butina y Torshin trataron de desarrollar relaciones con dirigentes políticos estadounidenses para crear “canales oficiales” de comunicación que puedan “ser utilizados por la Federación Rusa para penetrar el aparato nacional de decisiones políticas”.

Para ello, trataban de participar de conferencia de la NRA para establecer contactos con dirigentes republicanos y organizar cenas de “amistad y diálogo” para impulsar una “diplomacia informal” entre los dos países.

En mayo de 2016, en plena campaña para las elecciones presidenciales de ese año, Torshin se habría encontrado con Donald Trump Jr, hijo del ahora presidente, durante un evento organizado por el NRA.