La devastación causada por el terremoto ocurrido en México en septiémbre de 2017, fue de las más significativas en la historia telúrica de ese país.

Sin embargo, en términos de historia arqueológica, la situación fue muy diferente. 85 kilómetros al sur de la ciudad de México, el sismo de 7.1 grados Richter, dejó al descubierto lo que parece ser un Templo Mexica, parte de la cultura azteca, al centro de la pirámide de la Zona Arqueológica de Teopanzolco, en Cuernavaca, Morelos.

Se trata de un descubrimiento que había sido celosamente guardado hasta hace unos días por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En conferencia de prensa, sus representantes detallaron que el sismo dio paso a una inclinación y hundimiento al centro de la edificación piramidal.

Desde entonces, al iniciar las investigaciones pertinentes, se encontraron muros recubiertos de estuco, una banqueta y restos de una pilastra, elementos de una subestructura posiblemente del periodo Posclásico Medio. (1150- 1200 d.C.)

Lo anterior forma parte de un hallazgo tremendamente significativo para una cultura azteca rica en historia. Isabel Campos Goenaga, directora del Centro INAH Morelos, reveló detalles de los trabajos de consolidación y restauración de la estructura principal de Teopanzolco.

Siendo una de las más dañadas, los trabajos de verificación y reparación dieron paso al descubrimiento del vestigio. “A pesar de lo que significó el sismo, hay que agradecer que por este fenómeno natural apareció esta importante estructura que cambia la datación del sitio arqueológico”.

INAH México
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Un giro a la cronología en una pirámide azteca

Todo lo que se había estudiado en el lugar debe reacomodarse en los periodos distintivos de estas culturas.

Ese hallazgo cambia la cronología de Teopanzolco, ya que primero fue construido el basamento descubierto y después, a imagen de ese tipo de construcción, se edificó el Templo Mayor en Tenochtitlan. No es que los mexicas hayan aportado ese estilo arquitectónico a esta región, al contrario, las construcciones tlahuicas los inspiraron para construir el Templo Mayor”, reveló una emocionada arqueóloga Bárbara Konieczna, quien ha dedicado años al estudio de esta pirámide en Morelos.

Los trabajos también están enfilados en preservar el resto de hallazgos pasados en la edificación azteca. Luego del terremoto de septiémbre, los daños más significativos tuvieron lugar en la parte superior de los nominados templos de Tláloc y Huitzilopochtli; Se trata de sitios de adoración de esta cultura que quedaron hundidos e inclinados, poniendo en riesgo su estabilidad y por ende, un importante legado de estos pueblos mexicanos.

INAH México
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Pero fue precisamente esa inestabilidad la que permitió celebrar parte de los recientes acontecimientos. A dos metros sobre el nivel del piso-en parte con daños considerables, se encontraron los vestigios de la subestructura.

“El patrón arquitectónico es muy similar al del templo actual: muros de doble fachada hechos de piedras alargadas, bien cortadas y lajas, recubiertas de estuco al exterior y una banqueta que no es continua”, describió otra arqueóloga identificada como Georgia Bravo.

Los trabajos arqueológicos siguen en la zona y posteriormente se informará de nuevos hallazgos al respecto.

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