El futuro del fujimorismo, primera fuerza política de Perú, será definido este miércoles cuando el Congreso de Perú decida si destituye o no al popular legislador Kenji Fujimori, en una crucial batalla de la guerra que libra contra su hermana Keiko.

En el aniversario del ‘Día D’, el desembarco aliado en las playas de Normandía del 6 de junio de 1944, Kenji se sentará en el banquillo ante el plenario del Congreso acusado de haber intentado comprar votos para impedir la destitución del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció en marzo.

Otros dos legisladores fujimoristas disidentes están acusados junto con él y también corren riesgo de ser destituidos.

El fujimorismo se apresta a sufrir un cisma por el empeño de Keiko de expulsar del Congreso a su hermano, lo que conduciría a que ambos se enfrenten en las elecciones presidenciales de 2021.

De hecho Kenji quedó con un pie fuera del Congreso hace dos semanas, cuando una comisión legislativa controlada por el partido de Keiko recomendó su destitución. Sin embargo, él afirma que no está muerto políticamente.

“Cadáver político, no (soy); estoy en coma”, aseguró Kenji.

Los dos hermanos se disputan ferozmente el legado político de su padre, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), un hijo de inmigrantes japoneses que marcó a fuego la política peruana.

A pesar de que fue condenado por crímenes contra la humanidad y corrupción, muchos peruanos veneran al expresidente de 79 años por haber acabado con el terrorismo de Sendero Luminoso y con la hiperinflación heredada de su antecesor Alan García (1985-1990).

“Los Fujimori han marcado la vida peruana desde hace más de dos décadas y media, primero durante la presidencia del padre y luego con la incursión en política de sus hijos Keiko y Kenji”, dijo el sociólogo y analista político Fernando Tuesta a la Agence France-Presse.

“Buscan sacarlo de carrera presidencial”

La guerra fratricida puede conducir a una inédita contienda electoral entre hermanos en Perú, a pesar de los esfuerzos del patriarca del clan, quien salió de la cárcel por un indulto concedido por Kuczynski en diciembre.

Con o sin destitución, Kenji puede ser un candidato “potente” frente a su hermana en 2021, según los analistas, pero sus aspiraciones podrían frustrarse si el Congreso lo inhabilita para postular a cargos públicos como parte de las sanciones que le imponga.

“La inhabilitación política es una potestad del Congreso. Puede ser de entre 5 años a 10 años. En el caso de Kenji, apunta claramente a sacarlo de la carrera presidencial de 2021”, explicó Tuesta.

Keiko se ha lavado las manos diciendo que la moción contra su hermano depende del Congreso, al que ella no pertenece, pero los legisladores que la impulsan son miembros de Fuerza Popular (derecha populista), el partido que ella y Kenji crearon.

La decisión que adopte el Congreso es incierta, pues dependerá de la postura que asuman en último minuto varios partidos minoritarios.

“La destitución de Kenji Fujimori procede con 67 votos, una suma que Fuerza Popular no tiene. El partido de Keiko tiene 59”, dijo Tuesta.

¿Y si se salva?

El quiebre en el fujimorismo comenzó con las gestiones para lograr el indulto del expresidente, cuyos esfuerzos han sido infructuosos para conseguir un armisticio entre sus herederos.

Keiko, la hija mayor de 43 años, se oponía al indulto alegando que el padre era inocente y que debería ser liberado por la justicia sin mediación del gobierno.

Pero Kenji, de 38 años, batalló sin vacilaciones por el indulto y no dudó en apoyar a Kuczynski, quien había derrotado a Keiko en las elecciones de 2016.

Los críticos de Keiko dicen que ella no quería que su padre saliera libre pues le podría disputar el control del partido.

Keiko ha sido dos veces candidata presidencial, en ambos casos derrotada en balotaje. Kenji, por su lado, ha sido dos veces el legislador más votado.

Probablemente ella tiene mejores opciones electorales, pues posee un partido organizado bajo su mando, mientras el benjamín del clan todavía debe crear una agrupación política que respalde sus ambiciones presidenciales.

Sin embargo, “un triunfo de Kenji, en caso de que el Congreso no lo destituya, lo coloca en una posición distinta y expectante” en esta guerra, afirmó Tuesta.

El desenlace podría tener una inesperada coda familiar. La madre de los hermanos Fujimori ha tomado partido por Kenji, en tanto que otros dos hermanos -Hiro y Sachi- que no participan en política son percibidos como más cercanos a Keiko.