Unos 2.000 miembros de sindicatos y movimientos de izquierda de Brasil se manifestaron este martes cerca de la cárcel de Curitiba (sur) donde el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva cumple una pena de 12 años por corrupción, coincidiendo con el Día internacional del Trabajo.

La multitud, convocada inéditamente de forma unificada por la Central Única de los Trabajadores (CUT) junto a otras agremiaciones, se desplazó desde varias partes del país hasta la capital de Paraná para conmemorar la jornada y pedir la libertad del ícono de la izquierda, que sigue encabezando las encuestas para las elecciones de octubre pese a estar entre rejas.

“Este es el primer 1 de mayo de los últimos 50 años en que Lula no está presente. Esto no es cualquier cosa. De una cierta forma, cada uno de nosotros está aquí haciendo un esfuerzo grande para hacer eso que Lula pidió: representar su voz, su presencia”, dijo el diputado federal Paulo Pimenta, del Partido de los Trabajadores (PT) del exmandatario.

Entre las actuaciones de la leyenda de la samba Beth Carvalho o de la cantante Ana Cañas, muchos de los presentes vestían el rojo del PT de Lula y buena parte formaban parte del “campamento de vigila” que se instaló cerca de la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde Lula ingresó el pasado 7 de abril.

Aunque ha sido mayoritariamente pacífico, este campamento pro-Lula ha vivido momentos de tensión, como el sábado cuando un tiroteo por parte de un desconocido contra los seguidores de Lula dejó dos heridos, trayendo a la memoria las balas disparadas en marzo contra los buses de la caravana proselitista que el exmandatario hizo por el sur del país, sin dejar víctimas.

Lula, de 72 años, está preso por haber recibido un apartamento en la costa de Sao Paulo por parte de la constructora OAS, involucrada en el escándalo de Petrobras, a cambio de favores políticos.

El que fue el presidente (2003-2010) más popular de la historia reciente de Brasil considera que esa sentencia y otras siete causas abiertas contra él forman parte de una campaña de las élites para impedir que pueda volver a ser presidente.

Su delfina, la depuesta Dilma Rousseff (2011-2016), que se encuentra en Buenos Aires, tuiteó este martes una carta del exmandatario a sus seguidores en Curitiba.

Al expresar su apoyo a los dos heridos del campamento, Lula escribió: “No sabemos aún quien disparó contra ustedes, pero sabemos que el gatillo fue preparado por las fuerzas que diseminan el odio y la violencia en nuestro país”.

“Tengo 50 años de militancia política y nunca vi nada semejante a lo que está ocurriendo en Brasil desde que reconstruimos la democracia” tras la dictadura militar (1964-1985), manifestó.

Lula fue denunciado nuevamente la noche de este lunes por la Fiscalía General por corrupción y lavado de dinero junto a aliados cercanos, como la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, que tildó la acusación de “falsa” y sin pruebas.