Los restos del alcalde de la capital y expresidente de Guatemala, Álvaro Arzú, quien firmó la paz con la exguerrilla en 1996, fueron sepultados este domingo en una finca familiar en la colonial Antigua Guatemala, al sur suroeste del país.

El lento cortejo fúnebre recorrió unos 45 km de la capital hacia la turística Antigua Guatemala donde se realizó una ceremonia privada antes del sepelio en una propiedad de la familia.

Durante el traslado, miles de personas salieron a la carretera para lanzar flores al carro fúnebre y tomar fotografías o videos con sus teléfonos celulares.

Ya en la ciudad colonial, el féretro fue colocado en una carreta jalada por caballos negros para recorrer las calles empedradas del lugar.

Arzú, de 72 años, falleció el viernes por un infarto. Fue presidente de la nación entre 1996 y 2000 y alcalde de la ciudad de Guatemala en cinco ocasiones, cuatro de ellas consecutivas, incluyendo el período actual.

Previo al desplazamiento a la Antigua, declarada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco en 1979, miles de personas le dieron el último adiós en el centro histórico de la capital.

Al culminar los honores oficiales en el Palacio de la Cultura, el actual gobernante Jimmy Morales, entregó la bandera azul y blanco del país a la esposa de Arzú, la salvadoreña nacionalizada guatemalteca Patricia Escobar.

Una multitud abarrotó el emblemático y peatonal Paseo la sexta avenida para corear su nombre y lanzar rosas blancas a la carroza fúnebre que llevaba el ataúd, observó un periodista de la AFP.

El féretro, cubierto por la bandera de Guatemala, fue trasladado del Palacio Nacional, antigua sede de gobierno, hacia la sede de la Municipalidad, sobre un trayecto de unos dos kilómetros.

En el Palacio Nacional se realizaron el sábado las honras fúnebres oficiales donde Morales reconoció en un discurso el legado de Arzú y, en especial, por haber firmado los acuerdos de paz en 1996.

La guerra civil dejó 200.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, según la ONU.

Seguirán su legado

El hijo de Arzú, Álvaro Arzú Escobar, presidente del Congreso, agradeció las muestras de apoyo y aseguró que continuará con el legado de su padre, en un discurso ante unas 15.000 personas reunidas frente a la Municipalidad.

“Él (Arzú) nos enseñó que un sí es un sí y un no es un no, las medias tintas es para cobardes”, afirmó ante la multitud, en alusión al carácter fuerte de su padre, un político polémico y que tuvo una mala relación con la prensa.

“Fue lección de coraje, amor, determinación y sacrifico por la vida (…), nos enseñó a luchar por la soberanía, independencia y sobre todo por la dignidad de Guatemala”, agregó, tras prometer que continuará “con esa lucha y la vamos a ganar”.

Arzú Escobar hacía alusión al enfrentamiento en los últimos meses entre su padre y la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), adscrita a la ONU, que querían investigarlo por financiamiento electoral ilegal en los comicios de 2015.

El fallecido exmandatario enfrentó en octubre pasado a la fiscal general, Thelma Aldana y al jefe de la Cicig, el exmagistrado colombiano Iván Valásquez, cuando anunciaron que solicitarían a la Corte levantar sus fueros para investigarlo penalmente.

En esa ocasión, Arzú afirmó que tanto la fiscal como el jefe de la Cicig querían dar un “golpe de Estado técnico” contra el presidente Jimmy Morales a raíz de una investigación que lo involucraba, también por financiamiento electoral irregular en los comicios en 2015.

Sin embargo, en marzo pasado una Corte de Apelaciones de la capital rechazó quitar los fueros a Arzú para ser conducido a tribunales.