Los guatemaltecos acuden este domingo a las urnas para decidir si se somete su antigua disputa territorial con Belice al arbitrio de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

“Estamos haciendo un llamado a los guatemaltecos, muy especialmente a los jóvenes que forman la mayoría del padrón (electoral) a que participen, que se acerquen a las urnas a depositar su voto en este tema tan importante”, dijo al oficializar el inicio de la votación la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Mijangos.

La consulta definirá si se lleva ante la corte internacional el litigio para que se defina la frontera no delimitada entre ambos países, denominada zona de adyacencia, pues por el momento no existe certeza jurídica en esa zona.

El presidente Jimmy Morales, al votar en una escuela del municipio de Mixco, colindante al oeste con Ciudad de Guatemala, reiteró la convocatoria para que los guatemaltecos acudan a las urnas.

Vestido con una camiseta de la suspendida selección de fútbol de Guatemala, Morales declaró a periodistas que espera que se resuelva el conflicto territorial con Belice, país con que se tienen “muy buenas relaciones bilaterales”.

Para el referendo están convocados más de 7,5 millones de guatemaltecos, pero el gran reto de las autoridades será vencer la apatía para decidir si están de acuerdo con que jueces internacionales resuelvan el diferendo territorial, explicó Mijangos.

Datos del máximo organismo electoral revelan que en los dos referendos anteriores sobre otros asuntos de interés nacional la participación no superó el 18%.

“¿Está usted de acuerdo con que cualquier reclamo legal de Guatemala en contra de Belice sobre territorios continentales e insulares y cualesquiera áreas marítimas correspondientes a dichos territorios sea sometido a la Corte Internacional de Justicia para su resolución definitiva y que ésta determine las fronteras de los respectivos territorios y áreas de las partes?”, versa la pregunta, a la que se debe responder Sí o No.

Las urnas abrieron en 19.578 juntas receptoras a las 07:00 locales (10:00 en Chile) y se cerrarán a las 18:00 locales (21:00 en Chile).

El proceso es vigilado por 385 observadores de diferentes instituciones y 25 países, así como por 39.000 policías.

“Primeramente Dios esto se resuelve”, dijo a la AFP Vidal Marroquín, un mecánico de 83 años antes sufragar en un local del este capital donde acudían pocos votantes. Tres periodistas beliceños trabajaban en el lugar.

Viejo diferendo

Guatemala reclama a Belice unos 11.030 km² de territorio, así como centenares de islas e islotes.

La disputa se remonta a 1783, cuando España -que entonces colonizaba lo que hoy es Guatemala- dio esos territorios en concesión a Inglaterra para que explotara madera.

En 2008, Guatemala y Belice acordaron ir a la Corte Internacional de Justicia para poner fin a la controversia de más de dos siglos. Guatemala dará el primer paso con la consulta de este domingo mientras que Belice aún no ha fijado una fecha para su referendo, aunque las autoridades han dicho que podría ser el próximo año.

En la disputa no han faltado acuerdos incumplidos y, según Guatemala, soldados beliceños han ultimado al menos a 10 campesinos guatemaltecos en la zona fronteriza hasta 2016.

Belice, que se independizó del Reino Unido en 1981, estableció sus límites según una convención entre Guatemala y Gran Bretaña en 1859.

Guatemala reconoció la independencia de Belice recién 10 años después, pero mantiene reservas sobre los límites fijados.

A vencer la abstención

El operativo que se ha dispuesto es similar al de una elección presidencial. Pero, aunque no existe un sondeo de una firma calificada, algunos analistas estiman que la participación podría ubicarse en torno al 10%.

Los órganos oficiales prácticamente no han hecho campaña para que la población acuda a las urnas. El presidente Morales trató de movilizar a los guatemaltecos, pero con escaso ánimo debido a la abrupta caída de su popularidad.

El exvicepresidente Eduardo Stein (2004-2008) subrayó que las estructuras del narcotráfico y otros grupos delictivos están interesados en que gane el No.

De acuerdo con Stein, la situación actual permite que ninguno de los dos gobiernos, ni los habitantes, tengan certeza sobre la demarcación territorial, por lo que en el área existen “corredores de ilegalidad”.

Ello lleva a que el territorio en disputa sea aprovechado “para el narcotráfico, contrabando de armas, trasiego de personas y trata de blancas e incluso para exportación ilegal de bienes culturales, piezas arqueológicas y especies biológicas en peligro de extinción”, sostuvo.