El Gobierno brasileño publicó este viernes una nueva normativa que amplía la definición de condiciones degradantes de trabajo, tras las críticas recibidas dentro y fuera del país contra un reglamento que debilitaba el combate contra el denominado “trabajo esclavo”.

Las nuevas disposiciones fueron firmadas por el ministro del Trabajo, Ronaldo Nogueira, antes de presentar su renuncia el miércoles, alegando su voluntad de participar en las elecciones legislativas del año próximo.

En octubre pasado, su ministerio había emitido nuevas normas de combate contra el trabajo asimilable a condiciones de esclavitud, que restringían su definición a la pérdida de libertad de locomoción y dificultaban las inspecciones en lugares sospechosos de ese tipo de explotación humana, a menudo en trabajos agrícolas.

La ONU expresó su “preocupación” por esas medidas y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las denunció como un “retroceso”.

El Supremo Tribunal Federal (STF) suspendió el texto ocho días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión, atendiendo un pedido de medida cautelar presentado bajo el argumento de que la normativa hacía inviable el combate el trabajo esclavo.

El reglamento publicado este viernes restablece los criterios vigentes hasta octubre, según los cuales un trabajador sometido a condiciones degradantes de trabajo, jornadas exhaustivas, servicio por deuda o trabajo forzado estaba en situación análoga a la esclavitud.

Restableció asimismo los procedimientos de inspección de empresas y de elaboración de la llamada “lista sucia” del trabajo esclavo, que incluye a quienes incurren en este ilícito.

La normativa de octubre satisfizo una demanda de la poderosa bancada ruralista del Congreso, vinculada al agronegocio. Fue publicada poco antes de que la Cámara de Diputados rechazara por segunda vez encaminar a la corte suprema una denuncia de corrupción contra el presidente Michel Temer.