Tras una serie de disputas internas, el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad del Perú se dividió en dos facciones y su líder y excandidata a la presidencia en los comicios de 2016, Verónika Mendoza, asumirá por 2 años la conducción del Movimiento Nuevo Perú (MNP), partido que vio su origen tras la fractura del conglomerado, a través de una elección que llevó adelante el congreso fundacional de la instancia.

El encuentro en sí, llevado a cabo el fin de semana recién pasado, tuvo como objetivo aprobar el estatuto del partido, además de su ideario y bases programáticas, según La República, como también “fortalecer orgánicamente al MNP como parte de un amplio movimiento social y político” a modo de poder potenciarlo y posicionarlo camino al proceso eleccionario que el vecino país vivirá en 2021, consignó Prensa Latina.

Ahora, no obstante, Nuevo Perú debe salir a la caza de más de 800 mil firmas para poder inscribirse oficialmente como partido político antes de las elecciones regionales de 2018, motivo por el cual tienen claros que para afianzar su posición deben “sumar fuerzas”, dijo Mendoza tras su elección.

Divisiones

Principalmente, las divisiones surgieron entre Mendoza y otro de los líderes del partido, Marcos Arana, quien ahora dirige el Frente Amplio.

La primera tuvo relación con una acusación de la creación de una “nueva bancada que excedía normas congresales”, seguido de otra hecha nuevamente por Arana contra Mendoza, quien la acusó de estar mencionada en las libretas de la indagada por lavado de dinero primera dama, Nadine Heredia, motivo por el cual pidió una investigación, consignó La Tercera.

En conversación con el medio, el exministro del Interior peruano, Fernando Rospigliosi, aseguró que la división tuvo su origen hace un año y que la ruptura no es sorpresa para nadie, lo cual, a su juicio, es tradicional en el Perú, un país donde la izquierda ha estado fragmentada por mucho tiempo.

“(La división del partido) es irreversible y que cada grupo va a ir por su cuenta en los próximos procesos electores (…). Arana no quería someterse a Mendoza ni Mendoza a Arana. Son diferencias de caudillos, no hay diferencia política ni ideológica”, sentenció Rospigliosi.

Al igual que su símil chileno, el Frente Amplio peruano disputó el segundo lugar de la elección presidencial peruana de 2016, pero Mendoza se quedó con el tercer lugar en esos comicios, logró llevar 20 parlamentarios al Congreso y muchos aseguran que el llamado de Mendoza a no votar en segunda vuelta por Keiko Fujimori ayudó a que Pedro Pablo Kuczynski lograra llegar al sillón presidencial con 8.596.937 de votos, un 50,12% de las preferencias, en contraste a la carta de Fuerza Popular, quien obtuvo 8.555.880 de votos, un 49,88%.