Venezuela fue declarada este miércoles nuevamente en default parcial por la agencia calificadora Standard & Poor’s, esta vez por impago de dos bonos soberanos, complicando aún más una posible renegociación de su deuda externa.

“No realizó el pago de US$237 millones sobre sus obligaciones con vencimiento en 2025 y 2026”, cuyo período de gracia de 30 días venció el martes, subrayó la agencia en un comunicado.

S&P Global Ratings mantiene en “perspectiva negativa” la situación de pago de Venezuela, con reservas internacionales de apenas US$9.700 millones: “El gobierno podría incurrir en nuevos impagos o apelar a un canje de deuda, lo que equivaldría al default, en los próximos tres meses“, comentó.

“El tema tiende a agravarse, pues ya son varios los instrumentos que han entrado en mora. El Gobierno debe aclarar rápidamente si es un tema operativo o de caja. La falta de un pronunciamiento genera incertidumbre“, aseguró a la AFP el consultor César Aristimuño, experto en deuda.

S&P y Fitch ya habían declarado esta semana a Venezuela y a su petrolera estatal PDVSA en default parcial, por retrasos con varios pagos de capital e intereses de la deuda soberana y de la compañía.

Los títulos de la petrolera representan 30% de la deuda externa venezolana, estimada en unos US$150.000 millones, que el presidente Nicolás Maduro busca refinanciar.

PDVSA, que aporta 96% de las divisas de Venezuela, también fue declarada el 16 de noviembre en default por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) -que reúne a acreedores-, por tres retrasos en sus pagos, lo que activa el proceso de pago de seguros.