Para el oficialismo en Bolivia, las cosas están claras: el presidente Evo Morales encontrará la forma de postular para un cuarto mandato 2020-2025, mientras la oposición insiste que su candidatura es inconstitucional y antidemocrática.

En el poder desde 2006 y reelecto en dos ocasiones (2010-2015 y 2015-2020), Morales no oculta su intención por continuar en el poder, y así lo hacen saber sus colaboradores, aunque tiene como traba una Constitución que él mismo hizo aprobar en 2009 y que impide más de dos mandatos consecutivos.

“Evo será candidato otra vez y el voto definirá si nos acompaña otros cinco años más, o no”, aseguró el primer vicepresidente, Álvaro García Linera.

“Se trata de un derecho constitucional el que uno pueda postularse, dejando que el pueblo sea el que tome la decisión con su voto; y en segundo lugar, porque Evo representa a los pobres, a la gente sencilla, a la gente humilde”, dijo García Linera al diario El Deber.

Morales, amigo de Venezuela y Cuba y enconado crítico de Estados Unidos, ya intentó en 2016 una vía legal para volver a postularse, por el camino del referendo popular, pero perdió por estrecho margen, en medio de un escándalo que involucró a su expareja -hoy detenida- y a un presunto hijo, cuya existencia se descartó.

Ahora retomó su idea a través de otros caminos que el oficialismo considera legales, entre ellos uno que ya está en marcha: una consulta al Tribunal Constitucional (TC) para invalidar artículos de la Carta Magna que impiden la reelección inmediata.

También se maneja la opción de convocar un nuevo referendo como el de 2016; la posibilidad es una reforma parcial de la Constitución en el Parlamento controlado por el oficialismo y, finalmente, una renuncia anticipada, seis meses antes, para presentarse como candidato nuevo, aunque García Linera considera que esta vía es más complicada.

Más bien, el vicepresidente habló de una quinta opción: convocar a una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna.

“Altamente probable”

El abogado y doctor en derecho constitucional, Carlos Borth, dijo a la AFP que es “altamente probable” que el TC (el primer plan del oficialismo) falle a favor de Morales, “dado el alto grado de dependencia y subordinación hacia el Poder Ejecutivo”.

En su criterio, todas las estrategias del oficialismo “no son nada nuevo”, pues el mandatario y su entorno han tomado la decisión de ir a la reelección, pese a que “Morales ya perdió un referendo” el año pasado para seguir en el poder.

En medio de todo este debate, en un discurso este lunes, Morales recordó que la primera Constitución de Bolivia, que data de 1825, permitía la elección de cargos vitalicios.

“En esa primera constitución plantearon que las autoridades deben ser vitalicias, me ha sorprendido eso”, aseguró el presidente de izquierda, sin entrar en detalles.

Para el asambleísta opositor Edwin Herrera, Morales “ha confesado su deseo íntimo de gobernar nuestro país hasta morir, eso es muy grave”.

Ganar “como sea”

La oposición insiste que una candidatura de Morales, además de ilegal, busca otro fin.

“Están desesperados en que Evo postule y gane como sea, porque estando en el gobierno, cada semana se sabe de un hecho de corrupción. Imagínense si ya no controlaran el Estado todo lo que se sabrá”, dijo el diputado Wilson Santamaría.

El gobierno ha sido golpeado por casos de corrupción que han afectado su credibilidad: millonarios sobreprecios en la estatal petrolera YPFB, malos manejos en un fondo indígena y varias empresas estatales bajo denuncia.

Pese a ello, desde su llegada al poder, Morales nacionalizó los recursos naturales y redestinó los ingresos para sus programas sociales, lo que le permitió reimpulsar el crecimiento económico, superiores a las de sus vecinos, argumento que enarbola el oficialismo.

El Ministerio de Economía, por ejemplo, señaló la semana pasada que Bolivia creció 3,94% entre junio de 2016 y junio de 2017.