Un brutal crimen ha conmocionado a México, luego de que una pareja confesara el último martes el asesinato de su hijo de sólo 4 años, quien murió producto de los golpes que recibió por parte de sus progenitores.

Todo se remonta al pasado 20 de septiembre, luego de que México se viera afectado por un terremoto de magnitud 7,1, que obligó a la familia a pernoctar en el bus que ocupaba el padre para trabajar.

El hombre era conductor de un autobús, y el niño habría tirado la recaudación de la jornada del vehículo, provocando el enojo de su padre, quien lo golpeó reiteradamente, provocando la muerte del menor, consigna la edición mexicana del diario El País de España, citando a fuentes de la investigación.

De acuerdo a los peritajes forenses, el niño murió a causa de dos golpes, uno en la cabeza y otro en las costillas, los que le produjeron contusiones en el cráneo y el tórax.

Sus padres mantuvieron el cadáver durante un día en el autobús y después lo abandonaron en una carretera a las afueras de Ciudad de México, cerca del sector donde residían y que se encuentra aislado de las autoridades.

El cadáver del niño fue envuelto en una frazada azul con la imagen de un niño rubio sobre una estrella.

Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México
Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México

El cuerpo fue hallado por vecinos del sector tres días después del deceso, e ingresó al Instituto Forense de México el pasado 24 de septiembre.

“Los imputados se dispusieron a trabajar como de costumbre en la ruta y durante el transcurso del día acordaron abandonar el cuerpo, por lo que, durante la madrugada del 22 de septiembre, lo envolvieron en cobijas y lo dejaron en el lugar y en la situación en que fue hallado”, indicó la Procuraduría.

El director del Instituto de Ciencias Forenses de Ciudad de México, Felipe Takajashi, indicó que estaba impactado por el daño que tenía el cuerpo y que nadie reclamó por él.

Nadie interpuso una denuncia por la desaparición del niño, algo que llamó la atención de los forenses. Debido a esta situación, las autoridades difundieron una imagen del menor, creada a partir de los exámenes hechos al cuerpo.

“No se veía que estuviera desnutrido, las ropas con las que lo encontraron tampoco nos hacían pensar que fuera un niño abandonado. Eran de buena calidad, estaban en buen estado”, indicó Takajashi.

Tras la difusión de esta imagen, los abuelos del niño acudieron a las autoridades e identificaron que el cuerpo pertenecía a su nieto, indicando que no tenían noticias del pequeño y recalcando que sufría constantes agresiones por parte de sus padres.

Finalmente los padres fueron arrestados el último martes y confesaron el crimen, pese a que tuvieron casi 40 días para darse a la fuga, pues el homicidio se cometió entre el 20 y el 21 de septiembre. Ambos arriesgan penas de hasta 50 años de prisión, indicó la Procuraduría.