El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, remarcó su preocupación por el “extraordinario” aumento de los narcocultivos en Colombia, en una carta enviada esta semana a su homólogo Juan Manuel Santos.

En la misiva fechada el 24 de octubre y divulgada este viernes por el gobierno colombiano, Trump le pidió ayuda a Santos para “disminuir la producción y el tráfico de drogas en Colombia”, el principal exportador mundial de cocaína.

El mandatario estadounidense evocó la declaración que firmó el 13 de septiembre en la que manifestaba su inquietud “frente a la extraordinaria expansión” de los narcocultivos, y “las posibles consecuencias (…) de no detener estas actividades”.

“Expresé estas preocupaciones porque le prometí al pueblo de los Estados Unidos que impediremos que las drogas traspasaran nuestras fronteras, y necesito su ayuda”, escribió Trump.

Santos interpretó el mensaje como un “respaldo” y reconocimiento al “esfuerzo” que está haciendo el gobierno para erradicar los sembradíos ilegales, a través de una estrategia que combina acuerdos de sustitución voluntaria y erradicación a la fuerza.

“Hemos sido el país que más ha luchado en este guerra contra el narcotráfico, que más sacrificios ha hecho. Ningún país en todo el planeta ha sacrificado tanto en materia de vidas humanas”, declaró Santos en una conferencia de prensa en la sede de gobierno.

Con 146.000 hectáreas sembradas de hoja de coca, Colombia se ubicó en 2016 como el principal productor y exportador de cocaína en el mundo, según cifras de la ONU.

Amenaza mexicana

El gobierno de Santos, que selló un histórico acuerdo de paz que permitió este año el desarme y transformación en partido político de la guerrilla de las FARC, implicada en el negocio de las drogas, espera acabar este año con 100.000 hectáreas ilegales, la mitad de ellas de manera forzada.

El pacto compromete a los rebeldes en la eliminación de los cultivos en sus zonas de influencia.

“Llevamos luchando contra ese flagelo décadas. Es una guerra mundial que el mundo no ha ganado (…), tenemos que ser más efectivos, tenemos que innovar y estamos nosotros innovando, porque nunca habíamos podido hacer lo que estamos haciendo porque el conflicto armado no lo permitía”, dijo Santos.

Los planes de erradicación han desatado protestas en varios puntos del país.

Seis campesinos cocaleros murieron el 5 de octubre durante una protesta en Tumaco (frontera con Ecuador), en la que se vio implicada la fuerza pública, sospechosa de abrir fuego contra los manifestantes.

Santos insistió en que “hay mucha gente interesada” en el fracaso de su estrategia, y mencionó a los cárteles mexicanos que compran la droga colombiana para introducirla en Estados Unidos.

“Tenga la seguridad de que ellos harán todo lo posible para que esta política no funcione”, agregó el presidente.

De su lado, la Casa Blanca declinó comentar el contenido de la misiva y reiteró la alianza de los dos países contra el narcotráfico.

“El presidente Trump se ha reunido y ha hablado con el presidente Santos varias veces para discutir muchos temas, incluido el problema de las drogas ilícitas, entre otros. Los dos líderes son fuertes aliados para detener el tráfico ilegal de drogas”, afirmó bajo reserva una funcionaria a la AFP.