Los ministros de relaciones exteriores de Cuba y Estados Unidos mantuvieron este martes una conversación a puerta cerrada en el Departamento de Estado, para una difícil conversación sobre los alegados “ataques acústicos” contra diplomáticos extranjeros en La Habana.

Se trató del primer encuentro del canciller Bruno Rodríguez y el Secretario de Estado Rex Tillerson, el que tuvo como “propósito fundamental” discutir estos incidentes que tornaron aún más difíciles las ya complicadas relaciones bilaterales.

El Gobierno estadounidense afirmó que por lo menos 21 empleados de su embajada en La Habana han sido víctimas de “ataques acústicos” en meses recientes, al punto que el Departamento de Estado llegó a decir que estaba en “estudio” el cierre temporario de la sede diplomática.

En una escueta nota oficial, el Departamento de Estado informó que la conversación entre Tillerson y Rodríguez fue “firme y franca y reflejó la profunda preocupación” de Washington con la seguridad de su personal en la embajada en La Habana.

Tillerson “destacó la gravedad de la situación y puntualizó la obligación de las autoridades cubanas de proteger al personal de la Embajada y sus familias ante la Convención de Viena”, apuntó el Departamento de Estado.

En tanto, la cancillería cubana indicó que en la cita, Rodríguez le transmitió a Tillerson la prioridad que el Gobierno cubano atribuye a la investigación en curso para determinar el origen de lo ocurrido, y la importancia de que Washington colabore con esos estudios.

“El ministro ratificó al secretario Tillerson la importancia de que las autoridades de EE.UU cooperen de forma efectiva con las autoridades cubanas para el esclarecimiento de unos hechos de los que no existen precedentes en Cuba”, informó la cancillería.

Misterio aún sin solución

Como ya lo había hecho el viernes ante la Asamblea General de la ONU, Rodríguez aseguró que Cuba “no ha perpetrado nunca ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra diplomáticos. Tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros para este propósito”.

Rodríguez también recriminó a Tillerson la decisión del Departamento de Estado de expulsar a dos diplomáticos de la embajada cubana en Washington a raíz de este episodio, ya que no hay pruebas de la responsabilidad cubana en los hechos.

De acuerdo con la Cancillería, el ministro cubano le dijo a Tillerson que la expulsión de esos dos diplomáticos había sido “injustificada”.

Según informaciones que divulgó el Departamento de Estado recientemente, funcionarios de la embajada estadounidense en La Habana sufrieron “ligeras lesiones cerebrales”, pérdida de la audición y del equilibrio, fuertes dolores de cabeza, problemas cognitivos y edemas cerebrales.

En tanto, Canadá afirmó que por lo menos cinco empleados de su embajada en La Habana también sufrieron síntomas similares.

Hasta el momento se desconoce el detalle de los dispositivos utilizados en los ataques, aunque se sospecha de algún tipo de arma capaz de emitir ondas de sonido capaces de provocar daños físicos.

El fin de semana, la red CNN publicó un reporte donde afirmó, sin mencionar fuentes, que no se descarta de la participación de un tercer país en el episodio.