El presidente Nicolás Maduro logró salirse con la suya: sus seguidores elegían este domingo una Asamblea Constituyente sin oposición, pese a las violentas protestas que dejan más de 100 muertos en cuatro meses y al fuerte rechazo internacional.
Maduro fue el primero en depositar lo que llamó un “voto por la paz” en un colegio del oeste de Caracas, adonde acudió con su esposa, Cilia Flores, y dirigentes del partido de gobierno.
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“Le pido a Dios todas sus bendiciones para que el pueblo pueda ejercer libremente su derecho democrático al voto”, dijo Maduro frente a un atril, vestido con una camisa roja junto a una bandera de Venezuela.
Ya cumplí con el #1erVotoPorLaPaz y por la Patria. Vamos todos temprano a votar por el Milagro Constituyente #VenezuelaVotaHoy pic.twitter.com/QIVAAQ7Ify
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 30 de julio de 2017
Los centros electorales abrieron a las 06:00 hora local para elegir a 545 asambleístas que formarán un suprapoder que regirá al país por tiempo indefinido.
“Ha querido el emperador Donald Trump prohibirle al pueblo ejercer el derecho al voto (…) y yo dije llueva, truene o relampaguee habrá elecciones y Asamblea Constituyente”, añadió Maduro.
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El triunfalismo no es para menos. Contra viento y marea, el mandatario llevó a puerto su polémico proyecto: un as bajo la manga que sacó en medio de la ola de protestas que exigen, desde hace cuatro meses, su salida del poder.
Muertes por balas y perdigones, linchamientos, saqueos, edificios y vehículos quemados, ciudades semiparalizadas agravaron la crisis de un país polarizado y al borde del colapso económico.
Tras no lograr detener la Constituyente con marchas, huelgas y bloqueos, la oposición llamó a una masiva concentración este domingo en Caracas y a poner barricadas en vías de todo el país, pese a que el gobierno amenazó con encarcelar a quienes boicoteen la votación.
“Quedará constancia de que ese fraude constituyente y electoral es el más grave error histórico que pudo cometer Maduro”, aseguró el diputado Freddy Guevara, a nombre de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
El problema de una revolución
La MUD se marginó de la Constituyente, alegando que no fue convocada en un referendo previo y que su sistema comicial fue diseñado para que el gobierno la controle y redacte una Carta Magna que instaure una dictadura comunista.
“No fue convocada para resolver los problemas del país sino el de una revolución: No puede ganar elecciones”, aseguró Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
Maduro y su Constituyente cuentan con apoyo de los poderes judicial, electoral y militar. Pero más de un 80% de la ciudadanía rechaza su gestión y un 72% su proyecto, según Datanálisis.
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El presidente sostiene que la Constituyente es necesaria para frenar la violencia y salvar la economía de un país que, pese a su riqueza petrolera, sufre una severa escasez de alimentos y medicinas.
Aunque dice querer la paz, varias figuras claves que estarán en la Constituyente, como el poderoso Diosdado Cabello, han amenazado con que la nueva Carta Magna servirá para enviar a varios a la cárcel, desmantelar al Parlamento de mayoría opositora y a la Fiscalía.
Chavista desde la primera hora, la fiscal general, Luisa Ortega, denunció una ruptura del orden constitucional y llamó a rechazar la Constituyente, provocando una deserción en filas del chavismo.
Aislamiento internacional
A medida que Maduro avanzó con su iniciativa, fue poniendo a su país en colisión con Estados Unidos, comprador de 800.000 barriles de los 1,9 millones que produce, y con gobiernos de Latinoamérica y Europa.
Washington impuso sanciones a 13 funcionarios y militares cercanos a Maduro, entre ellos a la presidenta del poder electoral, Tibisay Lucena, acusados de quebrar la democracia, violación de derechos humanos o corrupción.
Colombia y Panamá anunciaron que desconocerán la Constituyente, y Washington amenazó con más sanciones si se concretaba. “La dictadura se está autoaislando”, aseguró Guevara.
El presidente socialista acusa a la oposición de intentar un golpe de Estado con apoyo de Washington y “gobierno lacayos”.
Tensión al máximo
La elección genera temor a un mayor caos y violencia. Muchos se abastecieron de alimentos o salieron del país. Estados Unidos, Canadá y México pidieron a sus ciudadanos no viajar a Venezuela y varias aerolíneas importantes suspendieron vuelos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) dice que los militares garantizarán la jornada. Argumentando “amenazas de la oposición”, permitirá a los electores sufragar en cualquier centro de su municipio.
Según el analista Benigno Alarcón, el gobierno busca evitar una alta abstención que reste legitimidad a la Constituyente, tras los 7,6 millones de votos que la MUD asegura que logró en el plebiscito simbólico que hizo hace dos semanas contra esa iniciativa.
Debido al método de elección, que combina sufragio por territorios y sectores sociales, 62% de los 19,8 millones de electores podrán votar dos veces.
Todo ello dificulta el cálculo de participación, según el experto electoral Eugenio Martínez. A esta altura no se sabe si lo que anunciará el CNE serán votos o votantes.