La policía brasileña detuvo el lunes al exministro Geddel Vieira Lima por intervenciones para tratar de comprar el silencio de un poderoso exdiputado, una sospecha similar a la que pesa sobre el propio presidente Michel Temer en un caso diferente.

Vieira Lima, que había renunciado en noviembre pasado al cargo de secretario de Gobierno (articulador político) tras ser denunciado por tráfico de influencias, fue detenido en el estado de Bahía (nordeste).

La orden de “prisión preventiva” se basa en parte en las delaciones premiadas del dueño del gigante cárnico JBS Joesley Batista, según el cual el sospechoso pretendía “evitar que el expresidente de la Cámara Eduardo Cunha” y el operador del mercado de cambios Lúcio Funaro “firmen un acuerdo de colaboración con el Ministerio Público Federal (MPF)”, señaló esta institución en un comunicado.

Vieira Lima “actuó para tratar de asegurar que [Cunha y Funaro] reciban ventajas indebidas”, agrega el documento.

Según el MPF, Vieira Lima y Cunha son sospechosos de haber integrado una red de corrupción descubierta en el banco Caixa Económica Federal (CEF).

“Cunha y Geddel actuaban para garantizar la liberación de recursos de varios sectores de la CEF a empresas que, tras recibirlos, les pagaban ventajas indebidas a ambos y a otros integrantes del esquema”, señala el MPF.

El fiscal general Rodrigo Janot acusó la semana pasada formalmente a Temer de corrupción pasiva, en base a una grabación hecha por Joesley Batista.

También estudia acusarlo de tentativa de obstrucción a la justicia y de formación de organización criminal, por haber presuntamente avalado la compra del silencio de Cunha.

Temer niega terminantemente esas acusaciones y las atribuye a un montaje político.