Estados Unidos pidió a Bolivia que baje la retórica de confrontación y elimine las visas a los ciudadanos norteamericanos, con el fin de promover el turismo, medida que el presidente Evo Morales dijo este viernes que sólo aceptará si es recíproca.

“Hay una solución bastante simple que seguramente aumentaría el desarrollo del turismo de Bolivia de forma considerable: eliminar la obligación de visado para los ciudadanos de los Estados Unidos. También sería de ayuda reducir la retórica contra Estados Unidos y los estadounidenses”, dijo el encargado de negocios, Peter Brennan, quien dirige la legación norteamericana en La Paz.

El diplomático hizo esas declaraciones el jueves en una recepción que ofreció su embajada en la ciudad de Santa Cruz, 900 km al este de La Paz, como parte de las celebraciones del 4 de julio, según reseñó el viernes el diario El Deber de esa ciudad.

“Me encantaría que más estadounidenses experimenten la impresionante belleza de Bolivia y la maravillosa calidez de su gente”, dijo Brenann, quien agregó: “actualmente hay más de 800.000 estadounidenses que visitan Perú cada año, pero menos de 30.000 vienen a Bolivia”.

El diplomático aludió también a las reiteradas críticas hacia Estados Unidos de parte de Morales, estrecho aliado de Cuba y Venezuela.

Morales respondió al diplomático este viernes en un acto público: “Quiero decir públicamente que no tenemos ningún problema (de eliminar visas), pero siempre y cuando sea recíproco”.

“Nosotros eliminamos el visado para los norteamericanos, ellos también que eliminen los visados” para los bolivianos que viajan a Estados Unidos, añadió.

Morales aseguró que su posición no cambiará, porque “ahora tenemos dignidad y soberanía, no podemos recibir ningún chantaje que solo los norteamericanos sean beneficiados con el visado”.

Hasta 2007, los estadounidenses no necesitaban visas para ingresar a Bolivia, pero Morales las introdujo.

Las relaciones bilaterales se encuentran en punto muerto desde 2008, cuando Morales expulsó al entonces embajador Phillip Goldberg, acusándole de apoyar un supuesto complot de la derecha boliviana, cargo que negó Washington.

En reciprocidad, Estados Unidos también echó al embajador boliviano, y desde entonces ambas embajadas están al mando de un encargado de negocios.

Morales también expulsó en 2008 a la agencia antidrogas estadounidenses DEA y en 2013 al programa de ayuda USAID, bajo los mismos cargos de complot.