Entre tambores, cantos y psicodélicas pancartas, unas tres mil personas manifestaron este sábado en Ciudad de México para celebrar la reciente legalización del uso medicinal de la marihuana y para pedir se legalice también su uso recreativo, en un país asolado por la violencia del narcotráfico.

“¡Somos un chingo (muchos) y somos marihuanos!”, gritaban los manifestantes a lo largo de las céntricas calles de la capital mexicana, mientras se dirigían al Senado.

La semana pasada, el Congreso de México aprobó una nueva ley que permite sembrar, cultivar, cosechar, preparar, adquirir, poseer, comerciar, transportar, suministrar y usar el cannabis, únicamente con fines médicos y científicos.

Esta iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto -quien siempre se ha mostrado reacio a legalizar totalmente el uso de las drogas- fue impulsada por la ciudadanía en 2015 con la batalla judicial que ganó un matrimonio del norte de México, para que se le permitiera importar un medicamento derivado de la marihuana para su hija Grace, que hasta antes de recibir esas dosis sufría cientos de ataques epilépticos al día.

“Estamos celebrando que se dio un pequeño y gran paso a la vez en las reformas de los usos médicos” de la marihuana, dijo a la AFP Consuelo Monroy, de 31 años, dirigente del Movimiento Marihuana Liberación.

Pero los manifestantes pujan por la legalización del uso recreativo también.

“Así como los narcos tienen sus acuerdos con el sector corrupto, ahora los consumidores organizados tenemos que platicar en lo oscurito con el gobierno porque estamos planteando algo muy radical”, estimó Alfonso Jesús García, coordinador del Movimiento Marihuana Liberación.

En Estados Unidos, 29 estados y Washington DC tienen leyes sobre el uso medicinal de la marihuana, y de éstos, ocho y la capital aceptan el consumo recreativo.

Uruguay se convirtió en 2013 en el primer país en aprobar una ley que permite el cultivo de marihuana para autoconsumo en el hogar y la formación de clubes de cultivadores para plantar en forma cooperativa.

Desde entonces varios países latinoamericanos avanzan en legislaciones similares, mientras Colombia, Chile y Argentina aprobaron leyes que autorizan el cultivo y uso de la marihuana con fines medicinales y científicos.

El combate militar antidrogas que lanzó el gobierno mexicano en 2006 trajo consigo una ola de violencia que ha dejado más de 177.000 muertos y 30.000 desaparecidos, según cifras oficiales que no detallan cuáles de estos casos están ligados al crimen organizado.

Yuri Cortez | Agence France-Presse
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