El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, condenó un ataque perpetrado por disidentes de las FARC que mató a un soldado y dejó a otro desaparecido, el cual finalmente fue hallado fuera de peligro, según se informó este domingo.

El ataque fue en el sector Momposina, en la vía que une la ciudad de Calamar con San José de Guaviare (sudeste), indicaron el sábado las Fuerzas Armadas en un comunicado.

“Condeno ataque subversivo en Guaviare que dejó un soldado muerto y 4 heridos. Solidaridad con las familias. Ejército sigue labores en la zona”, escribió este domingo el presidente Santos en Twitter.

El incidente, adjudicado por El Ejército a disidentes de las FARC, ocurre mientras el gobierno y la guerrilla implementan un acuerdo de paz que firmaron el año pasado.

El sábado un vehículo que transportaba personal militar que acompañaba a la Policía Nacional y autoridades ambientales del Guaviare fue “atacado mediante artefacto explosivo improvisado“.

Producto de ello un soldado murió, tres quedaron heridos y otro fue dado por desaparecido, aunque este domingo el Ejército informó que éste último fue localizado. Está “fuera de peligro y recibe toda la atención necesaria”, señaló el reporte.

En cumplimiento del acuerdo firmado en noviembre y negociado durante cuatro años en Cuba, los combatientes de las FARC se encuentran concentrados en 26 puntos de Colombia para su desarme, un proceso que transcurre bajo supervisión de la ONU y que debe concluir a fines de mayo.

En esa línea, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) entregaron recientemente una lista de más de 6.800 combatientes, para su tránsito a la legalidad.

Sin embargo, los disidentes de la guerrilla actúan como un grupo armado organizado que rechaza el acuerdo de paz.

En cálculos entregados a la AFP, Kyle Jonhson, analista de International Crisis Group, estima en cerca de 400 los disidentes de las FARC.

El conflicto armado colombiano, en el que desde la década de 1960 se han enfrentado guerrillas, paramilitares y agentes estatales, deja unos 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.