Una monja japonesa de aproximadamente 60 años es investigada en Argentina, por su presunta participación en una serie de casos de abusos sexuales cometidos contra niños y adolescentes sordos en un instituto religioso de Mendoza.

La religiosa investigada -y por quien se solicitó una orden de captura internacional- es Kosaka Kumiko, quien trabajaba en el Instituto Próvolo de Mendoza, donde diversos jóvenes habrían sido víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y funcionarios.

El nombre de Kumiko salió a la luz en este caso, luego de que una denunciante la sindicara como responsable de ocultar los abusos a los que eran sometidos los adolescentes e incluso de torturarla, consigna diario Clarín de Argentina.

“La monja japonesa era quien la golpeaba y maltrataba, produciéndole lesiones”, indicó Carlos Lombardi, abogado de una denunciante.

La joven que acusa a esta monja, señala que tras ser abusada por un sacerdote, la religiosa de origen nipón, le colocó un pañal por la gran cantidad de sangre que perdía.

Kumiko abandonó Argentina hace 3 años aproximadamente, por lo que la Fiscalía trasandina trabaja en conjunto a la Interpol para dar con el paradero de la religiosa y de acuerdo a algunos testigos, ella observaba cuando se producían las agresiones sexuales.