Cientos de personas marcharon la tarde del viernes por las calles de la capital de Honduras para exigir la revisión de la pena de cárcel de un estudiante universitario acusado de asesinar a un exfiscal.

“¡Justicia!”, “¡Revisión del juicio!”, gritaban los manifestantes -unos 5.000, según la prensa local, la mayoría estudiantes-, que recorrieron los cuatro kilómetros que separan la Universidad Autónoma de la Casa de Gobierno portando antorchas y pancartas con las leyendas “Liberen a Kevin” y “Dios es fiel, la verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde los cielos“.

Kevin Solórzano, de 21 años, fue condenado el miércoles a una pena de entre 20 y 30 años de prisión por el asesinato el 11 de noviembre de 2014 del exfiscal Edwin Eguiguren y a entre 13 y 20 años por tentativa de asesinato de la esposa del magistrado, Auxiliadora Sierra.

La mujer declaró durante el juicio haber identificado a Solórzano como uno de los tres asesinos de su esposo, durante un asalto en la Aldea El Chimbo, a 5 kilómetros de Tegucigalpa.

Sierra dijo que el joven intentó matarla, pero “no le funcionó el arma” cuando intentó dispararle dos veces.

“Es ilógico este fallo, no tiene nombre”, se quejó José Solórzano, padre del estudiante, durante la protesta, en la que algunos manifestantes arrancaron de los postes del tendido eléctrico afiches de la campaña para la reelección del presidente Juan Orlando Hernández y los quemaron frente a la Casa de Gobierno.

“Esto (la marcha) es un sentimiento del pueblo defraudado” por la justicia, dijo de su lado su madre, Ana Bety Hernández.

La familia tiene la posibilidad de presentar un recurso ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Ante las protestas, el organismo se defendió en un comunicado afirmando que “no ha hecho más que cumplir con la Constitución y la Ley”.