Cinco policías fueron secuestrados en un poblado de Michoacán, un estado del oeste de México con presencia del crimen organizado.

El domingo, las autoridades se enteraron de “la privación ilegal de la libertad de cinco elementos de la policía municipal”, indicó el alcalde de ese pueblo, José Luis Arteaga, en la denuncia que interpuso ante la fiscalía estatal.

Según el alcalde, el hecho fue perpetrado por “personas armadas a bordo de vehículos”, quienes tras realizar el secuestro se comunicaron por teléfono con otros agentes oficiales “solicitando que dejaran libre (sin vigilancia)” un retén a cambio de la libertad de sus compañeros.

Aparentemente, los agresores iban vestidos con uniformes que parecían los de la Marina Armada.

Más tarde, se comunicaron de nuevo para advertir que “privarían de la vida a los cinco policías retenidos si no accedían a las peticiones”, añade el documento.

Cemei Verdia, líder de los grupos locales de autodefensa, dijo que no descarta que el plagio haya sido ejecutado por miembros del crimen organizado que pretenden sembrar terror en la zona para controlarla.

Los Caballeros Templarios

Durante años, Michoacán vivió bajo el yugo del ahora desmantelado cartel Los Caballeros Templarios, que operó gracias a profundos nexos de corrupción con algunas autoridades.

Ese sanguinario cartel y sus enemigos se disputaban las zonas de cultivo de marihuana y amapola, así como las rutas de narcotráfico hacia Estados Unidos, y con frecuencia asesinaban a sus rivales y los enterraban en fosas clandestinas.

Pero también se financiaban a través de robos y extorsiones a las minas de la región.

El cártel había sido desmantelado gracias a operativos conjuntos entre las fuerzas federales y las ahora desarticuladas milicias de autodefensas que surgieron entre los pobladores. Pero algunos grupos delictivos parecen resurgir de entre las cenizas de Los Templarios, y en la zona de Aquila buscan apoderarse nuevamente de los yacimientos de hierro.

La semana pasada, tres elementos de la Marina Armada de México fueron raptados por desconocidos en Veracruz (este).

Según fuentes oficiales, desde 2006, cuando el gobierno federal lanzó un operativo antidrogas, más de 170.000 personas han sido asesinadas y más de 28.000 se reportan desaparecidas, aunque la estadística no especifica cuántos casos están relacionados con el crimen organizado.