El Ministerio Público de Perú archivó las denuncias contra el fundador del movimiento católico Sodalicio, Luis Fernando Figari, acusado de secuestrar y abusar de jóvenes de su agrupación, un caso que es actualmente investigado por El Vaticano.

La decisión, adoptada el lunes, beneficia a Figari, de 69 años, laico peruano que vive en una casa religiosa en Roma y a otros exlíderes de ese colectivo, que el Papa Juan Pablo II reconoció en 1997 como sociedad de vida apostólica laica, incorporándola al derecho pontificio.

La resolución de la fiscal María del Pilar Peralta, quien investigó el caso desde octubre de 2015, alega que “por el tiempo transcurrido desde la creación de dicho movimiento -más de 40 años- los delitos ya habrían prescrito, de haberse cometido”.

La fiscal resaltó que “durante las investigaciones, no hubo ningún afectado que se acercara a denunciar que haya sido víctima de dichos abusos (sexuales)“, decisión que causó indignación entre los acusadores.

“Es inadmisible que (con todas las pruebas presentadas) el Ministerio Público haya sido incapaz de llegar a una conclusión más o menos sólida“, comentó a la prensa el periodista Pedro Salinas, quien apelará la resolución fiscal en su condición de una de las víctimas de Figari.

Las denuncias suman 27 y algunas de ellas aparecieron publicadas en el libro “Mitad Monjes, Mitad Soldados”, de Pedro Salinas y Paola Ugaz.

“Es una resolución justa y legal”, declaró a periodistas el abogado Armando Lengua Balbi, defensor de Figari, quien estimó que la decisión fiscal “va a tener resonancia en Roma”, donde el fundador del Sodalicio es investigado por El Vaticano.

La iglesia católica interviene en el caso desde abril de 2016 cuando el Papa Francisco nombró a un interventor para que se reúna con las víctimas y tome una decisión sobre el futuro del movimiento, actualmente en reestructuración.

Figari fundó el Sodalicio en Perú en 1971. Reclutaba a adolescentes de colegios privados de clase alta y los llevaba a vivir en comunidad como “soldados de Cristo”. El movimiento se expandió a Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador e Italia.