Costa Rica experimentó un flujo migratorio “sin precedentes” en 2016, con decenas de miles de migrantes, principalmente cubanos, haitianos y africanos, cruzando su territorio hacia Estados Unidos, informó el domingo el gobierno.

“Más de 26.000 migrantes irregulares ingresaron al país” por la frontera sur con Panamá, informó el Ministerio de Comunicación en una nota oficial.

La mayoría de ellos llegó este año, aunque unos 8.000 son cubanos que se quedaron varados en Costa Rica a finales de 2015 cuando la vecina Nicaragua les impidió cruzar su frontera.

A inicios de 2016, Costa Rica organizó traslados aéreos para que los migrantes cubanos pudieran evitar su paso por Nicaragua y continuaran su periplo hacia Estados Unidos.

Desde entonces, el mayor flujo de migrantes ha sido protagonizado por haitianos, junto a un menor número de africanos.

Muchos de ellos también han experimentado dificultades para ingresar a Nicaragua, por lo que se han instalado en albergues y campamentos en el norte de Costa Rica, donde a menudo acuden contrabandistas para que los ayuden a cruzar la frontera.

Las autoridades les proveyeron visas temporales, pero no tienen derecho a trabajar.

“Esta pudo ser la mayor crisis migratoria en el país, pero fue una oportunidad para que Costa Rica muestre al mundo su vocación para defender los derechos humanos“, indicó el ministro de Comunicación, Mauricio Herrera.