Un grupo de ocho opositores venezolanos presos suspendieron este domingo, con la mediación de la Nunciatura Apostólica, una huelga de hambre que iniciaron hace dos semanas para exigir su liberación y protestar por la grave crisis política en su país.

“Accedimos a desistir de este mecanismo de lucha debido al deterioro de nuestra salud y para garantizar nuestras vidas”, escribieron los presos, de su puño y letra, en una carta difundida por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

Los huelguistas, recluidos en Caracas, cesaron la protesta tras la visita del nuncio Aldo Giordani y del diputado opositor Timoteo Zambrano, según un comunicado de la CEV.

Giordani y Zambrano, participantes de la mesa de diálogo instalada entre el gobierno y la oposición a fines de octubre bajo el auspicio del Vaticano y la Unasur, fueron llamados por los detenidos ante el deterioro de su salud.

Familiares y abogados de los encarcelados habían denunciado que eran aislados y maltratados por funcionarios del servicio de inteligencia (Sebin), donde permanecen detenidos.

Los presos dijeron, en su carta, aspirar a que la conversación sostenida con los representantes de las negociaciones sirvan para que se cumplan sus exigencias.

Inicialmente eran 14 los presos en huelga de hambre, según sus abogados defensores, pero los otros desistieron de la protesta en los primeros días.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) congeló el diálogo el pasado 6 de diciembre, al considerar que el gobierno no había cumplido con lo pactado.

Sin embrago, las reuniones técnicas de las mesas de trabajo, entre ellas una de derechos humanos, se mantienen.

Entre las exigencias de la MUD en las negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro está la liberación de “todos los presos políticos“, aunque las autoridades venezolanas niegan que exista esa categoría de encarcelados y los acusa de actos de violencia, entre otros delitos.