Con 21 cañonazos el Ejército Revolucionario de Cuba despidió la mañana de este domingo a quien fuera su comandante en jefe, expresidente, exgobernante y dictador, Fidel Castro Ruz, quien murió a la edad de 90 años.

Despedida que fue paralela a la de su familia y amigos más cercanos, quienes antes de las 07:00 horas de la mañana, hora local cubana, ya estaban al interior del cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, lugar al cual llegó sobre el armón militar y con los efectivos vistiendo traje de gala.

Ceremonia privada, donde no hubo acceso masivo a cámaras ni transmisión en vivo como ocurrió en los días previos, donde se televisó el trayecto de 1.000 kilómetros que lo separaban desde el lugar donde murió, en su casa de La Habana, y el lugar donde ahora descansan sus restos, muy cerca de uno de los próceres de Cuba, José Martí.

Nueve días de despedida que llegan a su fin, al igual que la historia que cargaba quien gobernó casi medio siglo, se enfrentó a una decena de presidentes de Estados Unidos, más de 16 jefes de la CIA, vivió y fue parte de la Gguerra Fría, observó como se desintegró la Unión Sovíetica y la caída de la Alemania comunista.

Era el rostro vivo del siglo XX, que siempre estuvo entre luces y sombras. Durante esta semana se ha acrecentado el debate, pero esto en otras latitudes, no así en la isla donde todos los medios están controlados por el régimen.

Los ciudadanos de Santiago de Cuba, reconocida por ser la cuna del proceso revolucionario iniciado en 1956 y que tuvo su triunfo en enero de 1959, sólo tuvieron palabras para reafirmar el proceso revolucionario.

Declaraciones que llegaron luego del juramento que hizo el actual gobernante Raúl Castro, quien reafirmó ayer sábado en la ceremonia oficial de despedida a Fidel, su compromiso con la revolución, respondiendo con esto a las dudas que existen sobre el futuro del proceso.

Fidel Castro ya no está y con él se cierra el siglo XX donde jugó un rol clave con sus ideas, especialmente en América Latina, África y parte de Asía.