No son pocas las historias que sitúan al líder de la revolución cubana, Fidel Castro, enfrascado en relaciones amorosas paralela durante su apogeo como gobernante. De hecho terminó por reconocer a una hija que tuvo fuera de su primer matrimonio, la cual luego se iría de la isla y se transformaría en una de sus detractoras.

Sin embargo, Castro dentro de sus luces y sombras como presidente o dictador se le responsabiliza por haber generado el empoderamiento de las mujeres cubanas durante el proceso revolucionario, “sin duda el más importante en la historia”, señaló la vicepresidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle.

El primer paso que dio respecto a las mujeres fue incluirlas en el proceso armado que tuvo la revolución cubana. Ejemplo de esto es la milicia que instaló en Sierra Maestra, en donde se incluyó un batallón de mujeres, las cuales además de disparar y aprender tácticas militares, también se educaron. Varias aprendieron a leer y escribir, sostienen los relatos de la biblioteca de La Habana.

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Por eso 1959 cuando la denominada revolución había llegado al poder, Castro y el buró gobernante, que años después se transformaría en el Partido Comunista, instalaron un atractivo programa de alfabetización de la población, específicamente dirigido a mujeres que por esos años estaban relegadas a las labores domésticas y muy poco incorporadas al aparato productivo de la isla.

Incluso, durante su primer discurso, tras el triunfo de la revolución, Fidel Alejandro Castro Ruz incluyó el tema al sostener que “la mujer es una revolución dentro de la revolución”, en clara alusión a fortalecer los derechos de las mujeres y su incorporación total a la vida laboral, ya que dijo que ellas eran las que ocupan el principal sillón de los oprimidos por los gobiernos que lo antecedieron.

RODRIGO ARANGUA / AFP
RODRIGO ARANGUA / AFP

Y en esa linea, comenta Teresa Amarelle, se instruyó desde La Habana en 1961 una campaña que promocionó el estudio entre mujeres y hombres. El resultado fue que el 55% de las personas alfabetizadas fueron mujeres. Así mismo, ellas tuvieron un rol protagónico en la enseñanzas a otros sectores y por cierto a sus familias.

Otro paso que dio el régimen de Castro fue sobre derechos reproductivos de la mujer. En 1965 se aprobó el aborto, quedando Cuba como la primera nación en mantener una legislación al respecto, sumado a que ya en la década de los 80 se instaló el tema de igualdad de género. A la par se normó la legislación para que madres y padres tengan licencias pre y posnatal.

En materia de indicadores de organismos internacionales como el PNUD de la ONU sostiene que la esperanza de vida de las mujeres cubanas es de 80 años, similar a la de un país desarrollado, mientras que la taza de mortalidad infantil se ubica en 4.6 niños de mil nacidos siendo la más baja del continente.

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Cuba además tiene la tasa más baja de mortalidad materna que se ubica en 0.02%, en tanto las mujeres en Cuba constituyen el 66% de los profesionales y técnicos que se desempeñan en el país.

Es así que la revolución con sus luces y sombras, con denuncias sistemáticas de la violación a derechos humanos, chocan con los números positivos que avalan organismos internacionales sobre inclusión e igualdad de género.

En materia de homosexualidad la isla se ha ido abriendo cada vez más. La hija del actual gobernante Raúl Castro, Mariela Castro, ha liderado una organización que busca resguardar los derechos homosexuales com también el cuidado y resguardo de las mujeres que decidieron dedicarse a la prostitución.