La muerte de Fidel Castro Ruz acarreó un verdadero dolor de cabeza para la prensa internacional que ha llegado al país isleño con la finalidad de cubrir las exequias del exlíder de la revolución cubana.

Ya al ingreso al aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, la postal que se observa es un sinnúmero de profesionales de la prensa deambulando por la zona previa a policía internacional ya que los encargados al captar que se trata de prensa de inmediato responden: “paciencia, debemos chequear los antecedentes y la calidad de su medio de comunicación con el Ministerio de Relaciones Exteriores”, de ahí en adelante se inicia una larga espera y con ello un “dolor de cabeza” como señaló una profesional de Radio Francia Internacional que llegó desde París, Francia.

Pero ese no es el único inconveniente que tienen los periodistas y camarógrafos de medios de comunicación del orbe. Ya en la sala internacional de prensa de La Habana, ubicada en la avenida 23 con la O, viene un largo y complejo proceso de acreditación, el cual en algunos casos se puede extender por tres días convirtiéndose en una “agonía” como indicó uno de los enviados especiales del New York Times.

“Paciencia que estamos chequeando la información” es la respuesta que entregan insistentemente los responsables de recibir los documentos pese a que han pasado las horas y el féretro de Fidel Castro se aleja de la histórica ciudad de La Habana y muchos pretenden seguir el cortejo.

Paciencia que en algunos casos se agota por lo que periodistas se trenzan en duras discusiones con los encargados que generan un clima de tensión permanente en el primer piso del edificio, los cuales eso sí permiten que los “visitantes” o en “transito”, como les llaman, puedan estar al interior de una sala y por cierto acceso al baño, otro bien preciado frente a la larga espera.

Demora en el chequeo de antecedentes que en algunos casos tiene como resultado: “su solicitud ha sido rechazada ya que su medio de comunicación no representa los intereses del gobierno cubano”. Así de clara es la respuesta de la cual Bio Bio Chile fue testigo privilegiado cuando al corresponsal del diario The Wall Street Journal, le negaron, después de tres días de espera, su derecho a reportear el histórico momento.

“Soy ciudadano Ruso” dijo el periodista con su pasaporte en la mano. Claramente creyó que con su nacionalidad algo más podía conseguir sin embargo la respuesta que tuvo de la encargada fue: “lamento señor, solamente soy la portadora de la mala noticia. Desde arriba dijeron que el problema no es con usted sino que su medio que no representa los intereses del gobierno, expresó.

Luego de la respuesta el periodista ruso, radicado en Nueva York, señaló a Bío Bío Chile en casi perfecto español que: “llegué aquí el domingo para cubrir la partida de Fidel y bueno me acredité por el periódico para el cual trabajo (The Wall Street Journals). Me dejaron esperar en el ministerio del Exterior de Cuba tres días una respuesta y hoy mismo me dijeron que no fue aprobada porque lo que escribe el periódico no conviene al gobierno Cubano” indicó evidentemente molesto.

Para los chilenos, mexicanos, argentinos, colombianos y periodistas de agencias internacionales tuvieron matices. A unos no los dejaron acreditarse mientras a otros efectivamente les entregaron el documento, previo pago en moneda local 60 CUC ($43.200) y si tenía la visa de turista debía pagar 50 CUC ($36.000), sumando 110 CUC.

Pero si los profesionales de la prensa creían que terminaba todo ahí, venía el mensaje del que cobraba esos trámites, identificado como “Alan”.“¿Tienen una propina, algo generoso para que seamos amigos?” por lo que periodistas debieron desembolsar alguna cantidad a discreción.

Hecho que evidencia parte de una realidad latente en Cuba y que según los más jóvenes se debe al alto costo de la vida en la isla que más allá de tener garantizada la salud y la educación existen otros requerimientos como la alimentación.

Incluso dentro del periplo por La Habana, otro funcionario del gobierno exterior cubano recomendaba a los periodistas, en su mayoría con necesidad urgente de viajar a Santiago de Cuba, hablar con el jefe de oficina en el aeropuerto de la aerolínea de bandera nacional Cubana de Aviación para que “los arregle en un vuelo previo pago de un incentivo, que usted sabe están llenos por estos días” explicaba amistosamente.

Aspectos que de todas formas aseguran en La Habana no es generalizado pero sí reconocen que han aparecido en el último tiempo.

Desde Cuba, el periodista Néstor Aburto de Bío Bío Chile presenta un análisis de su cobertura en la isla.