Las cenizas del líder cubano Fidel Castro, fallecido el viernes a los 90 años, emprendieron este miércoles su viaje final desde La Habana hasta Santiago de Cuba, donde serán inhumadas el domingo.

Con los primeros rayos de sol que llegaban ayer miércoles a La Habana, el féretro salió del edificio del Ministerio de las Fuerzas Armadas, a un costado de la Plaza de la Revolución.

Siete de la mañana con 16 minutos, y el hermano del autodenominado “líder de la revolución”, Raúl Castro junto a la mujer e hijos del guerrillero, observaron el momento en que la caja de madera cubierta por una bandera de Cuba, se depositó sobre un carro militar adornado con ramas de cedro y claveles blancos.

De inmediato comenzó su desplazamiento, por lo que cientos de cubanos, mezclados con turistas, salieron a despedirse de quien durante 49 años gobernó este país.

Silencio a su paso por el Malecón y las principales avenidas que llegan de la mano de la incertidumbre que tienen los cubanos sobre qué pasará a contar de la próxima semana, donde la “era Castro” comienza a llegar a su fin, más aún cuando Raúl ya ha anunciado que va a abandonar el poder el año 2019.

Incertidumbre que no cuentan públicamente los habitantes. Sólo en conversaciones privadas se quejan del alto costo que tiene la vida en la isla, más allá de tener garantizada la salud y la educación.

La oposición política, que son colectivos no oficiales porque el régimen no faculta la instancia de multipartidismo, ha estado en silencio. Contactados por Radio Bío Bío, se disculparon por no hablar, aludiendo a que sienten temor a que se produzcan represalias. Eso sí, reconocen que ellos también deberán iniciar una nueva etapa.

Mientras, el gobierno utiliza los medios de comunicación con actos propagandísticos en favor de la administración que desarrolla Raúl Castro, como también en pro de la memoria de Fidel.

Al ser consultados los ciudadanos de La Habana sobre lo que ocurrirá de cara al futuro, ellos simplemente se dedican a agradecer a Fidel.

Pero esto contrasta totalmente con lo que ocurre al interior del gobierno, ya que este miércoles, y pese a que Castro ya partió de La Habana, la Oficina Internacional de Prensa del Ministerio de RREE, ha seguido dilatando las acreditaciones a los medios de comunicación.

Incluso en casos como el Wall Street Journal, les rechazaron directamente el permiso para reportear en tierras cubanas. Su periodista Yousef Kong, lo relató a la radio.

A otros medios se le han requisado las antenas satelitales, pese a que se les había cobrado cantidades importantes de dinero para ingresarlas al país.

Dos caras del régimen cubano que aparecen con fuerza por estos días cuando Raúl Castro ha insistido en que de la mano de su hermano Fidel, la democracia llegó a Cuba.