Los rebeldes de las FARC y el gobierno colombiano anunciaron el sábado en La Habana un nuevo acuerdo de paz, tras el plebiscito que impidió implementar un pacto previo para acabar con 52 años de enfrentamiento armado.

“Hemos alcanzado un nuevo Acuerdo Final para la terminación del conflicto armado, que integra cambios, precisiones y aportes de los más diversos sectores de la sociedad y que revisamos uno a uno”, según el comunicado conjunto leído por diplomáticos de los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega.

En el texto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno invitaron “a toda Colombia y a la comunidad internacional (…) a acompañar y respaldar este nuevo acuerdo, y su pronta implementación para dejar en el pasado la tragedia de la guerra”.

Asimismo, destacaron que “la construcción de una paz estable duradera (…) debe ser el compromiso común de todos los colombianos que contribuya a superar la polarización (en Colombia) y que recoja todas las expresiones políticas y sociales”.

El nuevo entendimiento incorpora modificaciones a partir de las propuestas que formularon los sectores que encabezaron el voto en contra en el plebiscito del 2 de octubre, las cuales, según el comunicado conjunto, podrán ser consultadas por los colombianos “al finalizar el día” en el sitio web www.mesadeconversaciones.com.co

Durante tres semanas de intensas negociaciones, no exentas de momentos de tensión según dijo el presidente Juan Manuel Santos, las partes trabajaron para salvar el acuerdo que suscribieron el 26 de septiembre, y que fue rechazado por un estrecho margen en la urnas.

Ese sorpresivo revés impidió implementar lo acordado tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba, por lo que la guerrilla y el gobierno acordaron mantener el cese al fuego vigente desde agosto y hacer ajustes y cambios al fallido acuerdo a partir de cientos de propuestas de los sectores que votaron en contra del pacto.

“Estamos convencidos de que este documento señala caminos viables y posibles”, para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo que que deja unos 260.000 muertos, casi siete millones de desplazados y unos 45.000 desaparecidos, señaló el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle.

Destacó que “los ajustes y precisiones que hemos realizado, no sacrifican las convicciones que le dieron forma al primer Acuerdo”.

Por su parte, el principal negociador de la guerrilla, Iván Márquez, dijo que en las negociaciones con el gobierno la organización armada hizo su “mayor esfuerzo por responder a los anhelos de paz” y que “al nuevo acuerdo el único camino que le queda es su implementación”.

Los negociadores buscan que las FARC silencien definitivamente los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.

En tanto, el líder de la oposición, el expresidente Álvaro Uribe, leyó un comunicado donde solicitó transparentar los alcances del acuerdo para su posterior análisis.