El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su aflicción este sábado en Haití e hizo una petición de ayuda económica ante los daños provocados por el huracán Matthew en el país caribeño, donde visitó las zonas más golpeadas.

“Me sentí muy, muy triste cuando vi la absoluta devastación. Pero la gente de todo el mundo está con ustedes”, dijo en francés el jefe de Naciones Unidas tras sobrevolar la parte sur del país.

“Naciones Unidas está de vuestro lado. Movilizaremos todos los recursos para ayudarles”, añadió al llegar a un liceo de la localidad de Los Cayos, una de las más afectadas por el huracán Matthew, que alcanzó el país el 4 de octubre con vientos de 230 km/h.

Según el último balance, Matthew dejó al menos 546 muertos y desató una nueva crisis humanitaria en el país más pobre de las Américas. Más de 175.500 haitianos damnificados viven todavía en refugios provisorios, en condiciones extremadamente precarias.

No obstante, las calles se habían limpiado y las ramas y troncos de los árboles estaban amontonados en las veredas. Los negocios también volvieron a abrir.

Ban recibió una cálida acogida en el liceo Philippe Guerrier, en el que aún quedan 500 personas refugiadas, antes de regresar en helicóptero a la capital, Puerto Príncipe.

Según la Minustah, la misión de la ONU en Haití, el secretario general tenía previsto reunirse con autoridades locales y nacionales, así como con representantes de las comunidades afectadas y equipos de ayuda humanitaria.

Ban ya había advertido el lunes que se precisaba una “respuesta masiva” para satisfacer las necesidades de los afectados, y que 1,4 millones de personas requerían ayuda de emergencia, ya que varias localidades quedaron casi borradas del mapa.

Con su visita a Haití, Ban Ki-moon espera movilizar a la comunidad internacional para evitar que el país -que todavía lucha por recuperarse de los estragos del terremoto de 2010, que dejó más de 200.000 muertos- vuelva a sumirse en una profunda crisis humanitaria.

La ONU hizo un llamado de emergencia para recaudar 120 millones de dólares, con los que se deberían cubrir las necesidades vitales de las víctimas del huracán durante los próximos tres meses.

Pero los donantes internacionales no han mostrado apuro por colaborar y, de momento, sólo se ha recaudado el 12% del monto.

Las organizaciones humanitarias temen también un empeoramiento del cólera, debido a las inundaciones y la gran falta de agua potable. En seis años, la enfermedad ya se cobró unas 10.000 vidas, a pesar de los esfuerzos para combatirla.