La oposición venezolana ensaya este miércoles la recolección de millones de firmas que necesita para convocar a un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, que emprenderá dentro de dos semanas con la meta de demostrar que una contundente mayoría quiere su salida del poder.

Grupos de opositores se concentran en los 1.356 puntos de recaudo de firmas establecidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para que acudan, del 26 al 28 de octubre, a firmar los venezolanos que piden el referendo.

En el simulacro, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) motiva a los electores con el objetivo de superar ampliamente los cuatro millones de rúbricas (20% del padrón electoral) que exige la ley para llamar a la consulta.

“Nos estamos organizando porque tenemos que lograr más del 20%. El gobierno está haciendo todo para impedirlo. Si sacamos siete u ocho millones le estaremos diciendo a Maduro que queremos un cambio inmediato. Así se evitaría mayor daño al país”, declaró a la AFP Ismael Dacorte, un abogado de 51 años, en el colegio La Consolación, uno de los puntos de concentración.

La MUD pretende que lo que llaman el “firmazo” se convierta simbólicamente en una suerte de revocatorio contra Maduro, ante la severa crisis económica que angustia a los venezolanos por la escasez de alimentos y medicinas, y una elevada inflación que el FMI proyectó en un 475% para este año.

“En dos semanas seremos millones de venezolanos que vamos a exigir ese camino constitucional para cambiar al gobierno. Revocar a Maduro es revocar la crisis”, declaró el excandidato presidencial Henrique Capriles.

Pero como es habitual, el chavismo organizó en respuesta una concentración en Plaza Venezuela, en el centro de Caracas. No se confirmó aún si será encabezada por el presidente, quien regresó en la madrugada de este miércoles de un viaje en Turquía.

“Venimos a apoyar a la revolución y a Maduro aunque haya adversidades. Dándole la espalda, no vamos a solucionar nada”, aseguró Darwin Arroyo, un joven que caminaba rumbo a la manifestación del chavismo.

El TSJ: espada de Damocles

Las concentraciones se realizan en medio de advertencias de la MUD de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -al que la oposición acusa de aliado del chavismo, al igual que al CNE-, estaría a punto de emitir una sentencia para frenar el proceso del revocatorio.

Pese a que el CNE ya anunció que el referendo se realizará en febrero o marzo -si se reúnen las cuatro millones de firmas-, la MUD insiste en que se haga este año porque si Maduro pierde habrá que llamar a elecciones anticipadas, pero si queda para 2017, y es revocado, su vicepresidente debe terminar su periodo hasta 2019.

“Anular el referendo revocatorio sería como intentar desactivar una bomba de tiempo arrojándole una granada”, opinó el analista Luis Vicente León, presidente de la firma encuestadora Datanálisis.

Desde que la oposición asumió la mayoría en el Parlamento, por primera vez en 17 años de chavismo, tras un aplastante “voto castigo” en los comicios de diciembre, el TSJ ha anulado todas las decisiones legislativas.

Este miércoles, el TSJ anunció que su Sala Constitucional revisará el presupuesto nacional que presente el gobierno, lo cual correspondía a los diputados.

“Eso es una grosería más, esa es una sala delincuencial. Y hay otras dos sentencias que tienen en cartera: paralizar el revocatorio y quitar la inmunidad parlamentaria”, declaró a la prensa el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, en el colegio La Consolación.

El oficialismo ha presentado una serie de demandas judiciales contra la convocatoria del referendo, argumentando que la oposición cometió “fraude” en el proceso del revocatorio.

“Quieren pararlo antes de la recolección de firmas porque le tienen terror (…) Hoy venimos pacíficamente a defender nuestro derecho a revocar al peor gobierno que ha tenido Venezuela en su historia republicana”, aseguró Ramos Allup.

“El revocatorio ha sido la contención para que en Venezuela no haya un estallido social. Si matan el revocatorio, acabarán también con la ya destruida democracia que tenemos”, aseguró Capriles.

Según la firma Venebarómetro, siete de cada diez venezolanos quiere un cambio de gobierno y 76,4% reprueba la gestión de Maduro.