El presidente conservador de Brasil, Michel Temer, alertó el viernes que el país se arriesga a la “quiebra” si el Congreso no aprueba la propuesta de enmienda a la Constitución (PEC) que debe fijar un techo para el gasto público.

“La aprobación [de la PEC] es fundamental para evitar la espiral inflacionaria y la recesión. La deuda podrá llegar al 100% del PIB en 2024 o antes. Será la quiebra del Estado brasileño”, alertó el mandatario durante un seminario en Sao Paulo, citado por la estatal Agencia Brasil.

Temer, que reemplazó el 31 de agosto a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff después de que el Senado la destituyera por maquillar las cuentas públicas, afirmó estar convencido de que la PEC será finalmente aprobada.

“El Congreso hoy es muy consciente de que precisa colaborar con el Ejecutivo para que podamos salir de esta crisis”, valoró.

Para el mandatario, la propuesta contribuirá a relanzar un crecimiento económico duradero en el gigante sudamericano y evitará el alza de impuestos.

“No queremos aumentar la carga tributaria porque, convengamos, llegó al límite”, afirmó.

Según Temer, que subrayó que no teme ser “impopular” con sus medidas, la PEC asegurará recursos para los segmentos más vulnerables de la población.

La propuesta de enmienda de la Constitución, ya transmitida al Congreso, fija un techo en el gasto público durante 20 años: no podrá aumentar más que la inflación anual, incluso para los sectores de la salud y la educación.

A estas medidas, deben seguirle la reforma de las jubilaciones y la del derecho laboral, dos temas muy sensibles, con el alza prevista de la edad de jubilación (probablemente en cinco años) y el aumento del tiempo de trabajo legal.

Durante su intervención, Temer aprovechó igualmente para lanzar críticas a sus predecesores: “la falta de rigor en las cuentas públicas no se hace impunemente: entre las víctimas figuran el empleo, el crecimiento y el bolsillo del trabajador”, aseguró.

Según el ministerio de Economía, de 1991 a 2015, el gasto primario del Estado (antes del pago de los intereses de la deuda) pasó del 10,8% al 19,5% del PIB.

Mientras, el PIB brasileño cayó 3,8% en 2015 y se proyecta que retroceda otro 3% en 2016, su mayor pérdida de riqueza en un siglo. La deuda pública, de su lado, pasó del 52% del PIB en 2013 a más del 70% en agosto.