Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) inician este sábado -en el sureste de Colombia- su décima conferencia nacional con miras a refrendar un histórico acuerdo de paz y convertirse en un movimiento político legal tras 52 años de conflicto armado.

Las FARC debatirán hasta el próximo viernes en su tradicional bastión del Caguán el pacto alcanzado con el gobierno de Juan Manuel Santos tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.

En un enorme escenario y ante unos 200 periodistas nacionales e internacionales, el máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’, instalará la conferencia que por primera vez se realiza con aval de las autoridades y es abierta a la prensa.

La zona de los Llanos del Yarí, donde otrora operaba el histórico líder y fundador de las FARC, Manuel Marulanda, ‘Tirofijo’, -fallecido en 2008 de aparentes causas naturales-, fue elegida por ser de influencia de las FARC desde hace más de 40 años, según informó la oficina de prensa de la conferencia.

Centenares de guerrilleros llegados de toda Colombia, entre ellos los 29 miembros del Estado Mayor de las FARC y unos 200 delegados de las distintas estructuras rebeldes, deberán pronunciarse sobre el fin de un conflicto que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado durante más de medio siglo, con saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.

Además, unos 24 rebeldes presos tendrán un permiso especial del gobierno para asistir a la cita, tras la cual deberán volver a las distintas cárceles del país donde están recluidos.

“Es el evento más importante en nuestra historia”, dijo a periodistas horas antes de la inauguración el comandante Carlos Antonio Losada, uno de los jefes de la guerrilla nacida en 1964 de una sublevación campesina, y que según estimaciones oficiales cuenta con unos 7.000 combatientes.

De la guerra a la paz

“Primero éramos una organización militar y ahora vamos a dar el paso a una organización política”, afirmó a la AFP Vanesa Hurtado, una guerrillera de 26 años que ingresó hace 12 a la organización.

Mientras pelaba papas para el desayuno del sábado junto a su compañero Alexander, de 21 años, quien como ella ingresó cuando era menor de edad, Vanesa rememoró “emocionada” cuando días atrás conoció al “camarada Timo”.

Esta joven, que integra un frente de unos 400 rebeldes y quiere “estudiar idiomas” cuando vuelva a la vida civil aunque piensa “seguir militando en las FARC como partido”, dijo estar “muy orgullosa” del líder guerrillero.

“Hay gente aquí que no ha visto nunca a Timochenko”, explicó a la AFP Kyle Johnson, del International Crisis Group, una ONG de seguimiento del conflicto colombiano.

El experto destacó la relevancia para las FARC de la cita, donde no sólo no estará Marulanda, sino tampoco otros comandantes históricos, como su sucesor Alfonso Cano, muerto en una operación del Ejército en 2010, o Raúl Reyes, abatido en 2008.

“Es la primera vez en 25 años que líderes y guerrilleros van a estar juntos. La última vez que se vieron a la cara fue en la octava Conferencia en 1993 porque la novena, en 2007, fue (vía) digital” por el asedio de las fuerzas militares, apuntó.

Un termómetro

Académicos y políticos están convencidos de que la conferencia aprobará el acuerdo de paz, que será firmado por Timochenko y el presidente Santos en una pomposa ceremonia el 26 de septiembre en Cartagena.

El pacto de 297 páginas estipula, además de pautas para el desarrollo agrario, solución al problema de las drogas ilícitas y participación política, el desarme de los guerrilleros y su reinserción social, así como el sistema especial de justicia al que podrán acogerse y su compromiso de reparar a las víctimas.

“No dudamos de que el conjunto de delegados va a aprobar los acuerdos alcanzados el 24 de agosto en La Habana”, dijo Losada.

Pero para expertos como William Rozo Álvarez, del Centro de Investigación de Educación Popular (Cinep), más allá de la ratificación, la conferencia será un termómetro del poder de la dirigencia.

“Es importante ver quiénes estarán y quiénes no para ver el grado de mando de las FARC y de apoyo al acuerdo”, dijo a la AFP.

Para entrar en vigencia, el pacto aún debe ser aprobado por los colombianos en un plebiscito convocado para el 2 de octubre.

Aunque el “Sí” viene recogiendo un apoyo mayoritario, el último sondeo divulgado el viernes reveló una caída de 9,5 puntos porcentuales con respecto a la semana anterior, con 55,3% adhesiones frente a las 38,3% del “No”.