Luego de ser asaltado y baleado, José Alberto López, de 57 años de edad, falleció después de que su esposa se negara a que le hicieran una transfusión de sangre, ya que ambos eran testigos de Jehová.

El hecho ocurrió en Argentina, luego de que cuatro delincuentes abordaran al hombre afuera de su casa con la intención de robar su camioneta. Pese a que la víctima no mostró intención de resistirse, fue disparado por uno de los sujetos.

En el Hospital Carrillo, López, inconsciente y con una grave perforación en el pulmón, fue transportado por su esposa Margarita, mientras que más tarde los alcanzó su hermano Víctor. Juntos, recibieron la noticia de los médicos, quienes comunicaron que la víctima necesitaría una transfusión de sangre. Pero la mujer, se negó rotundamente a esa posibilidad, ya que ambos, según comunicó, pertenecían al culto religioso de Testigos de Jehová.

El hermano de López, trató de convencer a su cuñada de que se retractara de su decisión, pero ella sin desistir, le dijo que confiara y que de no salir con vida, su marido, “iba a ir con Dios porque tenía la sangre pura”.

Según el diario La Nación de Argentina, el director del Hospital Carrillo, Javier Cima, dijo que “la jurisprudencia avala esta toma de decisiones, en base a distintas disposiciones de la Constitución Nacional, como la libertad de cultos. En este caso puntual corresponde que la esposa defina.”

Sin embargo, el hermano reclamó que la víctima nunca dijo ser testigo de Jehová, sino que era católico. La viuda, asegurando que eso era mentira, llevó a un “anciano” que pertenecía a la iglesia a la cual, según dijo éste, ambos asistían.

El director del hospital mencionó que la autoridad religiosa sirvió como aval esa noche.

Además, Víctor agregó la falta de iniciativa de la policía en el caso de su hermano. “No hicieron pericias de los autos, cuando un delincuente agarró la puerta del auto de mi hermano; no fue la División Rastros. Todo fue de una negligencia terrible. Recién cuando fuimos a ver al fiscal se movieron”, dijo.