Dos policías sospechosos de secuestrar brevemente a un luchador de artes marciales neozelandés que vive en Rio, forzándolo a retirar dinero de un cajero automático, fueron arrestados y pueden ser excluidos de la institución, comunicaron este martes las fuerzas de seguridad.

“El caso está siendo investigado rigurosamente y, si se comprueba, los dos policías del Batallón de Vigilancia en Vías Expresas (BPVE) serán sometidos a un proceso administrativo disciplinar que juzgará la expulsión de los mismos de la corporación”, informó la policía militar.

“Los agentes están detenidos administrativamente a disposición de la inspección interna de la corporación. La Policía Militar no tolera desvíos de conducta y actos como ese entristecen a los casi 50.000 policías militares honestos que combaten el crimen diariamente”, concluye la nota.

El incidente, que según el neozelandés -que vive en Brasil desde hace un año- tuvo lugar el sábado, fue el último en reanimar la preocupación sobre la seguridad en Rio durante los Juegos Olímpicos que comienzan el 5 de agosto.

“¿Qué les sucedió a ustedes ayer, muchachos? A mí me secuestraron. ¡Arriba las Olimpíadas!”, tuiteó Jason Lee, un experto en artes marciales que estudia el jiujitsu brasileño en Rio, un deporte que no forma parte del programa olímpico.

Lee contó que regresaba de un torneo de la modalidad en un automóvil alquilado cuando fue detenido en la zona norte de Rio por dos hombres que vestían uniformes policiales en motocicletas. Le pidieron 2.000 reales (más de 400 mil pesos chilenos) como multa, asegurando que sus documentos no estaban en orden.

El deportista contó al portal neozelandés stuff.co.nz que cuando explicó que no tenía ese dinero consigo, la policía lo escoltó a una comisaría y lo hicieron abordar un automóvil sin identificación policial, para ir con uno de ellos hasta un cajero y retirar los 2.000 reales.

Según Lee, cuando fue después a denunciar el episodio en una comisaría un policía le dijo “hasta nosotros tenemos miedo” de los oficiales que llevaron a cabo el asalto.

Unos 85.000 policías y soldados están desplegados para los Juegos Olímpicos, el doble que el número utilizado en Londres-2012, en un esfuerzo de las autoridades para combatir el creciente crimen callejero.