Más de 80 personas perdieron la vida en recientes ataques cometidos por hombres armados en el estado occidental etíope de Benishangul-Gumuz, en la misma región en la que a finales de diciembre fueron asesinadas más de 200 personas, confirmó la Comisión Etíope de Derechos Humanos (EHRC).

Según dijo Arone Masso, asistente de comunicación de la EHRC, entre las víctimas había personas de entre dos y 45 años.

El vocero del Gobierno regional, Melese Beyebe, confirmó que los ataques se produjeron el día 12 en las localidades de Debate Woreda y Guba, mientras que un testigo de los hechos cifró en 50 “los cuerpos recuperados” en ese momento.

Según explicó por teléfono Dagnew Akalu, uno de los testigos y herido durante el ataque, contabilizó 50 cadáveres en la localidad de Debate, donde “permanecieron tirados durante más de cinco horas” debido a intensos combates entre las fuerzas de seguridad y los atacantes.

En Guba, según estas mismas fuentes, no habría habido víctimas mortales.

“Los asaltantes irrumpieron en nuestro pueblo la mañana del 11 de enero, me sacaron de la cama y me llevaron a una zona cercana donde encontré arrodillados a muchos de mis vecinos”, detalló Akalu.

“También a mí me ordenaron arrodillarme y luego abrieron fuego de forma indiscriminada matando a varias personas, incluidas una madre y su bebé de nueve meses”, relató el superviviente, quien denunció que se trata de un ataque étnico ya que, según su testimonio, los muertos son de la etnia amhara.

A finales de diciembre, más de 200 personas murieron en otro ataque en varios puntos de la zona de Metekel, justo un día después de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, visitara esa región y abordara el tema de la violencia interétnica.

Las disputas por la tierra y los recursos en Benishangul-Gumuz se han incrementado recientemente, dando lugar a espirales de violencia entre diferentes grupos étnicos.