Dos militares y un civil murieron este viernes en un atentado contra el cuartel general de la coalición antiyihadista del G5 Sahel en Sévaré, en el centro de Mali, reivindicado por un grupo extremista.

Dos de los autores del ataque murieron durante el atentado, incluido un kamikaze que iba a bordo de un coche bomba.

El Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes, principal alianza yihadista del Sahel, vinculada a Al Qaeda, reivindicó el atentado en una llamada telefónica de uno de sus portavoces a la agencia privada mauritana Al Ajbar.

Se trata del primer ataque contra el cuartel general de la fuerza conjunta creada en 2017 por el G5 Sahel, una organización regional que agrupa a Mali, Burkina Faso, Níger, Mauritania y Chad.

Se produce tres días antes de una reunión en Nuakchott, paralela a la cumbre de la Unión Africana en la capital mauritana, entre el presidente francés Emmanuel Macron y sus homólogos del G5 Sahel.

El último balance de muertos es de un civil y dos militares de la fuerza conjunta, según los servicios del presidente nigeriano Mahamadou Issoufou y el gobernador de Mopti, capital de la región, el general Sidi Alassane Touré.

“Detuvimos a cuatro sospechosos”, declaró Touré, agregando que las operaciones para dar con más cómplices continuarían hasta el alba.

Los atacantes eran seis y hablaban en bambara y en peul, afirmó por la noche una fuente de la fuerza G5.

Todo el muro de la entrada de la base fue destruido por la explosión, el coche terminó dentro del cuartel, según testigos e imágenes difundidas luego del ataque.

Los edificios amarillo y rosado del mando de la fuerza conjunta, operativo desde octubre de 2017, albergan a militares de los cinco países miembros.

“Hubo una muy fuerte detonación”
seguida de disparos de armas automáticas, indicaron habitantes a la AFP, entre ellos una vendedora de naranjas que se hallaba cerca del lugar, Haoussa Haidara.

Durante el ataque, los habitantes de Sévaré se encerraron en sus casas, según afirmó un comerciante, Bouba Bathily, que se refugió en su propia casa.

Apoyo de Francia

La ministra de las Fuerzas Armadas francesas, Florence Parly, condenó el ataque en Twitter.

Francia, que lleva a cabo en la región la operación Barkhane, apoya la constitución de la fuerza del G5 Sahel, considerándola como un modelo para que los países africanos garanticen su propia seguridad.

Pero su implementación se enfrenta ahora a problemas de financiación, pese a promesas de unos 420 millones de euros, y acusaciones de violaciones de derechos humanos por parte de las tropas de la fuerza conjunta.

La fuerza conjunta del G5 Sahel terminó a principios de junio su tercera operación, a un lado y otro de la frontera entre Níger y Burkina Faso, indicaron la semana pasada el secretariado del G5 Sahel y el Estado mayor del ejército francés.

El atentado de este viernes no es el primer ataque de este tipo en Sévaré.

El 7 de agosto de 2015, un ataque contra un hotel de esta localidad causó oficialmente 13 muertos, entre ellos cuatro extranjeros –dos ucranianos, un nepalés, y un sudafricano–, empleados por subcontratantes de la Minusma, la Misión de la ONU en Mali.

Pese al acuerdo de paz firmado en mayo-junio de 2015, los ataques yihadistas han proseguido y se propagaron del norte hacia el centro y el sur del país, y luego a Burkina Faso y al Níger vecinos, superponiéndose a menudo a tensiones o conflictos intercomunitarios.

El G5 Sahel reactivó consecuentemente en 2017 su proyecto de fuerza conjunta, con el apoyo de Francia.