Los dos principales protagonistas de la crisis libia, el jefe del gobierno de Trípoli Fayez al Sarraj y el mariscal Jalifa Haftar, acordaron este martes trabajar para sacar a su país del caos, mediante un cese el fuego y elecciones.

Reunidos en castillo de Celle-Saint-Cloud, propiedad del ministerio de Relaciones Exteriores en la región parisina, a instancias del presidente francés Emmanuel Macron, Sarraj y Haftar “acordaron” pero no firmaron una declaración de diez puntos escrita en árabe.

“La solución a la crisis libia sólo puede ser política y pasa por un proceso de reconciliación nacional en el que participen todos los libios”, según la versión francesa del texto.

“Nos comprometemos a un alto el fuego y nos abstenemos a todo recurso a la fuerza armada, salvo para la provocada estrictamente por la lucha antiterrorista”, añaden, llamando a desmovilizar a las milicias y a constituir un ejército regular.

Además, se comprometen solemnemente a trabajar para organizar elecciones “lo antes posible”. Según el presidente Macron, esos comicios podrían celebrarse entre marzo y junio de 2018.

Fayez al Sarraj, que lidera un débil Gobierno de Unidad Nacional (GNA) reconocido por la comunidad internacional, y el mariscal Jalifa Haftar, que contesta su legitimidad y acumula éxitos militares en el terreno, ya se habían reunido a inicios de mayo en Abu Dhabi, sin resultados.

Pragmatismo

Pero, para la presidencia francesa, de por si, el encuentro entre los dos hombres es una “señal fuerte”. El presidente francés ha hecho de la crisis libia una de sus prioridades.

Apoya la línea “pragmática” de su ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian (quien realizó una gira regional aprovechando sus conexiones con varios protagonistas de la crisis), que “toma en consideración la relación de fuerzas en el terreno” y considera al mariscal Haftar como el principal baluarte contra la amenaza yihadista.

Macron saludó “la valentía histórica” de ambos rivales, y reconoció que ambos líderes tienen “la legitimidad y la capacidad para reunir alrededor suyo” e influenciar sobre la miríada de grupos que operan en este país dividido

“Un panorama sumamente fragmentado en el plano político y militar”, había resumido no obstante un diplomático francés.

El nuevo emisario de la ONU, Ghassan Salamé, que asume sus funciones en esta semana, asistió a las conversaciones de este martes.

Evitar errores del pasado

“El equilibrio de fuerzas ha cambiado a favor de Haftar: ha ganado terreno en el sur del país, ha conquistado la base estratégica de Al Jufra en el centro y podría dirigirse a Sirte en las próximas semanas”, resumió Mattia Toaldo, especialista en Libia del Consejo Europeo de relaciones exteriores (ECFR).

La iniciativa de Macron fue recibida fríamente en Italia, expotencia colonial en Libia, y que hoy está en primera línea frente a los migrantes que llegan cada día por centenares desde la costa libia.

“Francia no debe repetir los errores cometidos en Libia en el pasado”, dijo el secretario de Estado italiano de Asuntos Europeos, Sandro Gozi, que calificó de “desastrosa” la intervención internacional decidida en el año 2011 dirigida por el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy.

“En este dosier, no podemos actuar los unos sin los otros”, dijo por su parte Le Drian en un intento por apaciguar los ánimos.

Libia, un país rico en petróleo, está sumido en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011. Un conflicto en el que se han implicado potencias regionales rivales.