Nuevas revelaciones echaron más dudas este jueves sobre dos religiosas ancianas que viven en un monasterio donde un exsubsecretario argentino, José López, fue atrapado hace un mes, cuando ocultaba 9 millones de dólares, y que la fiscalía considera sospechosas de complicidad.

Testimonios y pruebas de la policía divulgadas el jueves mostraron que José López sostuvo varias llamadas con las religiosas, antes de llegar al monasterio y que demoraron casi una hora en abrir a los oficiales que llegaron tras la llamada de un vecino que vio a un hombre lanzar bolsos sobre el muro del lugar.

Los policías que el 14 de junio detuvieron López, el hombre que manejó los fondos de las obras públicas durante los 12 años de gobiernos kirchneristas (2003-2015), declararon ante la justicia el jueves.

Tardaron entre 40 minutos y una hora” para responder el portero eléctrico y una persona a la que no pudieron identificar les respondió: “Acá no entró nadie“, según fuentes judiciales citadas por la prensa.

López, acusado de enriquecimiento ilícito, está alojado en un pabellón psiquiátrico desde que fue sorprendido ‘in fraganti’ tratando de esconder una fortuna y con un arma de guerra en el monasterio Nuestra Señora de Fátima, 50 kilómetros al oeste de Buenos Aires.

Los policías dijeron que cuando les permitieron ingresar, al recorrer los 100 metros que separan la reja de la entrada con la casa principal, se toparon con López, que iba “comiendo bizcochos”.

La situación de las religiosas quedó en la mira el miércoles al hacerse público un video donde se ve el momento en que López toca el timbre de la casa donde de madrugada dormían las religiosas. Apoya los bolsos en el piso y junto a la pared deja un rifle, que quedará allí.

La hermana Celia Inés Aparicio abre la puerta e introduce los bolsos dentro de la casa. El dinero envuelto en fajos fue llevado a la cocina de la residencia donde lo encontró la policía.

A otra monja que estaba ese día en el monasterio, Alba Día de España Martínez Fernández (madre Alba), de 95 años, se le deben realizar estudios para determinar si puede ser llamada a declarar.

Además, cruces de llamadas telefónicas detectaron que la noche del 14 de junio hubo once comunicaciones entre el teléfono de María Amalia Díaz, esposa de López, y la de la madre Alba, que “resultan por demás llamativas”, dijo la fiscalía.

Ser o no ser monjas

En medio de la escandalosa historia con ribetes de película, un experto en catolicismo aseguró que esas mujeres “no son monjas desde el punto de vista estricto”.

“Ser monjas supone la pertenencia a una congregación aceptada de manera universal o regional. Ellas son de una fundación de un obispo emérito (ya fallecido), que reúne a tres señoras que tendrían sus aspiraciones espirituales”, declaró al canal de noticias TN el director de la revista católica Criterio, José María Poirier.

Doctor en filosofía y profesor de la Universidad Católica Argentina, Poirier afirmó que esa organización, fundada por el arzobispo emérito de Luján Rubén Di Monte, fallecido en abril pasado a los 84 años, “es una asociación de fieles laicas”.

Según Poirier, la Madre Alba “le manejaba dinero a Di Monte desde que era obispo auxiliar de Avellaneda” en la década de 1980.

Ellas tienen un permiso especial de Di Monte para utilizar los hábitos, por lo que para observadores comunes, son monjas“, explicó. El experto cuestionó inclusive que el lugar donde habitaban pueda considerarse un monasterio.

“No es un monasterio, no es un convento, no reúne ninguna de las condiciones técnicas para serlo. Eso no quita una responsabilidad de la Iglesia (Católica) sobre un grupo que se define como tal”, advirtió.

Desde un primer momento la Iglesia Católica ha señalado que el monasterio pertenece a una asociación privada, aunque bajo control eclesiástico y deslindó responsabilidades.