Con la llegada de las lluvias, es importante tomar todas las medidas que nos permitan disminuir el riesgo de tener un accidente vehicular.
Uno de los riesgos más peligrosos que se produce en las calles y carreteras es el denominado acuaplaneo, en donde las superficies cubiertas de agua lluvia facilitan la pérdida de tracción y control del vehículo, lo que provoca un efecto deslizante.
Tal como recoge el sitio de venta y compra de automóviles Yapo, esto puede provocar graves consecuencias que es mejor prevenir.
“Durante las primeras lluvias o incluso las incipientes lloviznas, el pavimento suele quedar más resbaladizo y la capacidad de frenado disminuye considerablemente, convirtiéndose ambos en un factor de riesgo si se conduce a altas velocidades”, señala a través de un comunicado.
Por su parte, la fabricante de neumáticos Michelín sostiene que al momento de pasar por sobre asfalto mojado, el auto puede deslizarse por algunos segundos sin que el conductor pueda controlarlo.
Esta pérdida de contacto del vehículo con el suelo se debe a la existencia de una capa de agua debajo del neumático, precisa la firma.
“Cuando el vehículo pasa sobre la superficie mojada, se forma una especie de ola delante de los neumáticos. La banda de rodamiento rompe esa ola, por su compresión. El problema surge cuando la presión del neumático es inferior a la del agua: sin poder empujarla, pierde el contacto con el suelo”, agrega.
¿Y qué podemos hacer al respecto? Desde Yapo entregan algunas recomendaciones que se deben tomar en cuenta para evitar ser víctima de posibles siniestros.
1- Revisar neumáticos: Es fundamental revisar la presión y profundidad del surco de los neumáticos, y que cumpla con las normas legales del fabricante, para facilitar la evacuación del agua que está en el pavimento, evitar el aquaplaning y generar mayor adhesión al suelo.
2- Frenos: Junto a otros elementos del auto, los frenos juegan un rol fundamental cuando se trata de seguridad. Por ello resulta obligatorio revisar las pastillas, para verificar que no hayan sufrido un desgaste excesivo, que los discos estén en correcto funcionamiento y el líquido de freno se encuentre en los niveles permitidos. Todo esto, con el objetivo de asegurar una buena presión en la frenada.
3- Limpiaparabrisas: Las “plumillas” durante el verano suelen resecarse y llegar en malas condiciones para el invierno, dificultando su función de limpiar y correr el agua que cae en el parabrisas, disminuyendo la capacidad de visualización. Por ello, se aconseja renovarlas una vez al año y comprar el modelo exacto que recomienda el fabricante del auto, para evitar problemas posteriores.
4- Revisar luces: En invierno, los focos se empañan y suelen ensuciarse. Por ello, se recomienda comprobar su óptimo funcionamiento y verificar que las luces funcionen correctamente para que la visibilidad no se vea reducida, sobre todo si hay mucha neblina. Además, le permite a los otros conductores comprobar si el auto está detenido, retrocediendo o circulando.
5- Batería: Algunos expertos indican que las baterías suelen descargarse o dar problemas, aproximadamente a los tres años de uso, provocando incluso que el motor no arranque. Para evitar esto, se debe poner atención a las señales y si se encuentran anomalías, acudir a un taller profesional para su revisión o su definitivo recambio.
6- Revisión de líquidos: Pocas veces se pone atención a los fluidos del vehículo pese a que son parte esencial para el buen funcionamiento de un motor. Para asegurarse de mantener la vida útil y no sufrir complicaciones con el frío o las lluvias es importante revisar los niveles de aceite, limpiaparabrisas, líquido refrigerante y frenos.