Los dolores físicos y/o musculares pueden llegar a resultar inhabilitantes para algunas personas: en especial el de espalda. No obstante, para el cirujano raquídeo de Seattle (Estados Unidos) David Hanscom estas dolencias no siempre tienen un origen externo y tienen una estrecha relación con los sentimientos y pensamientos.

Así lo ha demostrado con más de 600 pacientes, según explica el sitio de salud masculina Men’s Health, con quienes a experimentado un método poco común para tratar este molesto malestar, el que ha ayudado a un 95% de las personas que han acudido a él.

En la misma línea, los investigadores de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) apoyan la tesis del médico. Según relata el sitio, éstos investigaron la relación del dolor de espalda con la actividad cerebral y las emociones a través de resonancia magnética, concluyendo que ambos influyen profundamente en el otro.

De esta forma, los científicos explicaron que factores como el estrés, la depresión, la ansiedad y la ira, suelen desencadenar un fuerte dolor en esta zona corporal.

Es por lo mismo que, si sufres de dolores de espalda diariamente y te sientes estresado o abrumado, los médicos recomiendan tomar nota de estos consejos para lidiar con ambas dolencias.

1. Calma el dolor

Apagar el dolor no es tan fácil como llegar y presionar un botón para que desaparezca. No obstante, lo primero que debes hacer para disminuir tu dolencia es comenzar a calmar los pensamientos que te tienen estresado o aproblemado. Para ello, los expertos recomiendan:

1. Descarga tu estrés en papel. Según el portal, basta con que dediques 5 minutos, dos veces al día, en escribir en un cuaderno (o cualquier papel) lo que te está irritando. En él, descarga todo lo que sientes y luego lo rompes. Este ejercicio te ayudará a expresarte y luego a eliminar las energías negativas que te abruman.

2. Medita sobre cosas positivas. Cada cierto tiempo (el que tú estimes conveniente) piensa por 15 segundos en sensaciones que no tenga relación con tu dolor de espalda. Por ejemplo, mira por la ventana y respira el aire fresco, piensa en las cosas buenas que te han pasado en el día o disfruta del sabor de un café. La idea es distraer al cerebro de los pensamientos dolorosos.

3. Deja de quejarte. Si bien muchas veces es bueno desahogarse y hablar de aquello que te ocurre, la verdad es que quejarte constantemente te hará activar las vías de dolor una y otra vez. Al igual que en el punto anterior, mientras menos repases el tema de tus molestias, más cerca estarás de olvidarlo.

2. Comienza a olvidar

4. Detén los pensamientos de dolor. En especial si sufres ansiedad, los pensamientos de dolor (ya sean físicos o psicológicos) suelen ser obsesivos y regresan una y otra vez. Los expertos recomiendan dejar de pensar en ellos apenas llegan a tu cabeza. ¿Cómo? Si te percatas que tu cabeza está reiterando un pensamiento negativo, sólo di “stop” o “chao” y cambia a otra idea. Este tipo de códigos ayudan a entrenar al cerebro.

5. Aprovecha tu tiempo libre para hacer cosas que te hacen feliz. Si tienes libre el fin de semana o la tarde de cada día, aprovecha ese tiempo para “darte gustos”. Ya sea salir o ver a tus amigos, o cualquier actividad que te desconecte totalmente del dolor. De esta forma, le enseñas a tu cerebro que hay más sentimientos aparte de las dolencias. (Quedarte en cama solo es la peor opción).

3. Renueva tus energías

6. Ordénate. Ya sea en un plano interior o exterior, procura que tu vida esté lo más “ordenada” posible. Desde conversar con una persona para “desenredar” o arreglar una relación, hasta ordenar tu pieza, es importante organizar todo el desorden que encuentres, puesto que éste desencadena en estrés.

7. Mejora tu vida social. Aislarse es lo peor que puede hacer una persona con dolor… y lo que más suele hacer. Aunque te cueste: sal, conoce personas nuevas o reconecta con tus viejos amigos. Renovar las energías también tiene relación con formar y fortalecer lazos. Siempre piensa: todo suena peor en tu cabeza.